vitoria. La capital alavesa contabiliza hasta la fecha 27 casos de niños que supuestamente habrían sido robados nada más nacer y a los que a sus padres habían dicho que habían fallecido repentinamente. Así lo manifiesta Flor Díaz Carrasco, la delegada en el País Vasco de la Asociación Nacional de Afectados por Adopciones Irregulares (Anadir), quien recuerda que esta siniestra trama se produjo presuntamente en territorio alavés durante las décadas 1960 y 1970.
A este notable incremento en el registro, veinte días después que este diario desvelara el escándalo en la capital alavesa, se le une otro peor. Las sospechas ahora no sólo se centran en la antigua clínica Arana, reconvertida actualmente en un geriátrico. Según adelanta Díaz Carrasco, la asociación ahora también estudia las quejas de personas que dieron a luz en maternidades de hospitales públicos, como el de Txagorritxu, o incluso en privados, como la de la clínica San José. En concreto, el primer centro tendría un caso posible, mientras que en el segundo, ya son dos los testimonios que han manifestado sus dudas respecto al fallecimiento de bebés. "Los años 70 sería la época en la que se hubiesen dado en Txagorritxu como en San José", matiza la delegada del País Vasco de Anadir.
Cabe señalar, por tanto, que las supuestas adopciones irregulares en Álava se habrían producido más allá del franquismo, puesto que el hospital de la calle José Achótegui se inauguró en 1978. Una trama que habría adquirido con el tiempo tintes puramente comerciales, un mercadeo de recién nacidos, que podría haber sido amparado por instituciones hospitalarias, eclesiásticas, notarios y personal de cementerios, como el de Santa Isabel. Camposanto de la capital alavesa, donde da la casualidad, que afectados como Noemí Soria, dicen que en una de sus fosas comunes inhumaron a niños robados, como a su hermana, en 1971.
Esta mujer es la única que de momento se ha acercado hasta la Fiscalía de Álava para poner la denuncia. Lo hizo el pasado miércoles, día en el que se acercó hasta la capital -reside en Barcelona- aprovechando su reunión junto con la veintena de posibles afectados con el alcalde Lazcoz. "Se ha comprometido a ponernos un lugar de reunión con los afectados y a facilitarnos los datos del registro de la clínica Arana porque, como ahora ya no es una maternidad, es difícil acceder a su archivo", decía Noemí nada más salir de ese encuentro.
Ahora, Anadir cruza los dedos para que los afectados puedan utilizar el banco de ADN de la Universidad del País Vasco (UPV-EHU), tal y como instó la pasada semana EA al Gobierno Vasco. Una propuesta, que de llegar a buen puerto, ahorraría el dinero que cuesta los análisis genéticos a los familiares y aumentaría la ayuda institucional inicial que la consejera de Justicia, Idoia Mendia, se comprometió a hacer: dar apoyo psicológico a los afectados.