Hoy se celebra el Día Internacional del Niño con Cáncer, una patología que anualmente se cobra medio centenar de nuevos casos en la CAV. Pese a que el nivel de supervivencia de los afectados es relativamente alto, en torno al 73%, constituye la segunda causa de mortalidad infantil sólo superada por los accidentes de tráfico. Con el objeto de dar visibilidad a una patología especialmente dura por las características de sus jóvenes afectados, la Federación Vasca de Padres de Niños con Cáncer, Umeekin, desplegará a lo largo del día una intensa maquinaria informativa en los distintos hospitales públicos de la comunidad, entre ellos Txagorritxu y Santiago, así como en el colegio Escolapios de la capital alavesa. Los alumnos de este centro disfrutarán también de un desayuno saludable y tendrán contacto con varios jóvenes que han padecido esta terrible enfermedad para intercambiar experiencias.
La jornada tendrá también mucho de reivindicativa. Los tres colectivos vascos de familiares -Aspanafoha en Álava, Aspanovas en Bizkaia y Aspanogi en Gipuzkoa- centrarán esta campaña anual en exigir a las autoridades sanitarias la creación de unidades oncológicas para adolescentes, una figura aún inexistente en el ámbito estatal, no así en otros países. Como si de una lotería se tratase, esos chavales que ya no son niños pero tampoco adultos se ven obligados a compartir durante sus largos ingresos hospitalarios habitaciones con unos o con otros, lo que incide en un menor bienestar para su recuperación. Un limbo que les hace convivir con niños cuyas inquietudes son todavía muy distintas a las suyas o mayores, incluso, muy deteriorados por lo terminal de su patología.
El manifiesto elegido este año, bajo el título Estoy aquí, adopta el formato de una carta escrita por un enfermo adolescente de cáncer. "Es curioso, tanto y tanto que se escribe sobre esta etapa indefinida de la vida y ¿a nadie se le ha ocurrido que ante una situación tan dura como el diagnóstico de un cáncer tengamos unas necesidades especiales?", se pregunta este joven. Según Manoli Iñiguez, presidenta de Umeekin, estos nuevos servicios podrían acoger a los jóvenes de entre 13 y 21 años, desde poco antes de finalizar la edad pediátrica hasta bien entrada en la mayoría de edad. Al margen de disfrutar de la compañía de chavales de su edad con los que disfrutar de la conversación o el juego, psicólogos o enfermeras especializadas les ayudarían a sobrellevar mejor tan duros momentos. "Los atenderían mejor en ese periodo de rabia e incomprensión", justificó Íñiguez. Por su parte, Lucía Calvo, del colectivo Aspanovas, recordó que en la adolescencia "un cáncer significa mucho", porque "las ilusiones y las inquietudes se rompen de la noche a la mañana". Su deseo, por ello, es muy explícito: "Esperamos que a corto plazo las instituciones nos hagan un poquito de caso".
A la presentación de la jornada, que tuvo lugar en la sede de la Diputación, asistieron también la titular de Política Social, Covadonga Solaguren, e Iker López, un adolescente gasteiztarra que superó un cáncer detectado con sólo siete años. Él representa la esperanza de los afectados y el de sus familias.