Vitoria. Aunque instituciones y ciudadanos individuales presuman en muchas ocasiones del carácter integrador de la sociedad alavesa, las situaciones de discriminación hacia los inmigrantes siguen a la orden de día. Al menos así lo constata un reciente informe elaborado por el Observatorio vasco de la Inmigración, Ikuspegi, relativo a la salud, el bienestar y la convivencia de la población extranjera afincada en la CAV. El 27% de las personas de origen extranjero percibe alguna de las numerosas formas en que se manifiesta la exclusión según este estudio, cifra que no varía en exceso si la discriminación es personal (22%) o en relación a las personas de un mismo país (26%). Los ciudadanos de origen rumano y africano, sobre todo marroquí, son quienes la perciben de forma más palpable. Además, Ikuspegi alerta de que la población autóctona mira a la inmigrante como ajena y se muestra más proclive a acercarse y ayudar a la inmigrante a nivel individual, no de colectivo. De forma más concreta, hace un esfuerzo por comprender mejor la situación de la población inmigrante pero reconoce que no le afecta excesivamente, porque no siempre es fácil poder ponerse en su lugar y ver las cosas desde su perspectiva; en definitiva, advierte Ikuspegi, "sus desgracias no llegan a alterar la vida cotidiana" de los autóctonos.
Pese a que la mayor parte de las personas foráneas consultadas nunca se han sentido discriminadas en las distintas formas planteadas por el informe, el 11,4% sí declaró haber sido ignorada en ocasiones, un 13,3% sufrió rechazo por su aspecto físico y a un 15,5% se le criticó por ser una amenaza desde el punto de vista económico. Mientras tanto, la población autóctona se muestra claramente dividida al posicionarse ante comportamientos discriminatorios expresos: El 37% cree que se discrimina poco o nada a las personas inmigrantes, pero el 34,2% opina todo lo contrario y considera que se les discrimina bastante o mucho.
Entre las acciones cotidianas donde más puede manifestarse la exclusión, Ikuspegi se detiene en las dificultades que encuentra la población extranjera tanto en conseguir trabajo como en obtener o alquilar una vivienda. Ambas son valoradas como bastante complicadas para la mayoría, un 65,2% y un 56,2%, respectivamente, por encima de otras situaciones descritas como poco o nada complicadas: Practicar las tradiciones o costumbres propias, comunicarse con los demás a nivel idiomático o hacer amigos son tres buenos ejemplos. De vuelta a la dificultad para encontrar trabajo, la población colombiana es la que menos la detecta (45,6%), dato que contrasta con el 81,9% de África Subsahariana. La tendencia se repite a la hora de buscar vivienda.