madrid. Bares y cafeterías, y locales de ocio nocturno han reducido sus ventas en enero un 19,14% y un 19,88%, respectivamente, respecto al mismo mes de 2010, a causa del endurecimiento de la Ley Antitabaco, según datos presentados ayer en Madrid por la Federación Española de Hostelería (FEHR).
Según la encuesta realizada entre 1.200 empresarios del sector, la pérdida de negocio en enero de 2011 ha afectado en menor medida a los restaurantes, que retroceden un 14,35%.
"Las pérdidas son superiores a lo que esperábamos y ponen en evidencia a la entonces ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, que aseguraba que aumentaríamos negocio con la prohibición total", denunció el presidente de la patronal hostelera, José María Rubio.
Los datos de la FEHR recogen que el endurecimiento legal ha provocado "importantes pérdidas" en el 85,94% de los establecimientos, mientras que sólo un 1,49% ha notado un impacto positivo.
Los bares y cafeterías sin empleados asalariados han sido los que más han notado el cambio normativo, con una merma del 23,59% de las ventas, seguidos de los locales con entre uno y cinco trabajadores contratados, que reducen sus ingresos un 22,3%.
La restauración organizada, con un retroceso en ventas del 3,38%, es la que mejor ha afrontado el mes de enero, gracias a las características de un negocio que se vio más afectado por la anterior legislación, según explicó el presidente de la Asociación de Cadenas de Restauración (Fehrcarem), Bernardo Rodilla.
Por su parte, el representante de los hosteleros de Ocio Nocturno, Dionisio Lara, aseguró que las perdidas en estos locales (19,88%), duplican las previsiones iniciales del sector, situadas en el 10%, "como consecuencia del maltrato al 40% de su clientela".
El presidente de la FEHR, José María Rubio, consideró que la situación es "desesperada" para microempresas y pymes, y que es "humanamente comprensible que algunos hosteleros incumplan la ley, en contra de su voluntad, para mantener a sus familias", aunque la Federación desaconseja esta práctica.
Asimismo, el presidente de la FEHR solicitó a los diferentes partidos políticos que rectifiquen la medida "más radicalmente prohibicionista y costosa para la economía y el empleo", que de mantenerse podría llegar a destruir, a su juicio, entre 50.000 y 60.000 puestos de trabajo.