CEUTA. La decisión judicial se ha adoptado como consecuencia de la actitud agresiva que el inmigrante demostró en las dependencias de la Jefatura Superior de Policía, donde había sido trasladado por la Guardia Civil después de ser descubierto en el perímetro fronterizo.
El inmigrante se negó a que los policías le tomaran las huellas dactilares y no quiso dar su identificación, tras lo cual empujó a uno de los agentes, según han informado a EFE fuentes policiales.
La Policía Nacional ha entendido que la agresión al agente por parte del inmigrante, de 36 años, se produjo debido a que pretendía regresar de esta manera a su país al estar penada esta conducta con un año de prisión por un delito de atentado que puede ser conmutable con la expulsión del país.
Sin embargo, en un juicio rápido, la jueza no ha decretado que se le conmute la pena por la expulsión a su país de origen al no estar plenamente convencida de que el lugar de nacimiento de esta persona sea Mali.
Fuentes judiciales han dicho a EFE que el inmigrante ha ingresado en prisión por un delito de desobediencia a la jueza al mantener su decisión de no querer que se le tomen las huellas dactilares, por lo que se ha dictado un juicio para el próximo mes.
El hombre ha ingresado en prisión preventiva en el centro penitenciario de Los Rosales de Ceuta ya que la Policía Nacional ha informado de que no se le puede obligar a ser debidamente filiado.
Las investigaciones policiales han determinado que el inmigrante pudo llegar a Ceuta desde Algeciras (Cádiz) sin ningún tipo de documentación y sin que haya dicho la forma en la que lo hizo, aunque se presume que embarcó ilegalmente en un buque.
El caso de este inmigrante ha sido calificado como "hecho aislado y curioso" por la Guardia Civil al ser el primer inmigrante que es sorprendido saltando la valla pero en el sentido Ceuta-Marruecos y no al contrario, como es habitual.
En el servicio llevado a cabo en los 8,2 kilómetros de perímetro fronterizo terrestre los agentes pensaron que se trataba de un servicio rutinario para rechazar a inmigrantes subsaharianos que pretendían entrar desde Marruecos, pero al llegar a la zona se toparon con un caso inédito: un inmigrante trataba de saltar desde Ceuta a Marruecos.
El inmigrante manifestó a los dos guardias civiles que llevaba cuatro años en España y que ante la falta de expectativas había optado por deshacer el camino andado y que pretendía volver a su país de origen a través de Marruecos.
Mali, el presunto país de origen de este inmigrante, es el séptimo más extenso de África, limita al norte con Argelia, al este con Níger, al oeste con Mauritania y Senegal y al sur con Costa de Marfil, Guinea y Burkina Faso, y tiene una población aproximada de doce millones de habitantes.