Vitoria. La profesora titular de la Universidad de Sevilla participó la semana pasada en un seminario organizado por Emakunde dentro del programa escolar Nahiko. Ante una audiencia compuesta básicamente por maestros, Rebollo habló de educación emocional, es decir, del trabajo que se ha de hacer para que el ser humano sea capaz de manejar emociones de tal forma que le permita desarrollarse y mejorar su calidad de vida.
¿Por qué es tan importante que los profesores cuiden este tipo de educación en sus alumnos?
Porque las emociones están implicadas en el aprendizaje y en el desarrollo de las personas. El no atender a ese aspecto deja una parte esencial que condiciona la conducta.
¿Qué implicaciones puede tener no atender a la educación emocional?
Hay malestares y molestares en los niños y las niñas que hacen que tengan muchos problemas desde su crecimiento. Vemos cómo determinados sentimientos y emociones que son aprendidas socialmente, como la culpa o la vergüenza en el caso de ellas, están afectando a sus posibilidades de desarrollo personal y profesional. Digamos que afecta a sus decisiones precisamente por el miedo al éxito, el miedo al rechazo social, porque tienen que cumplir ciertos mandatos y expectativas. En el caso de los niños hace que todas las emociones las conviertan en ira por lo que puede provocar situaciones de violencia.
¿Qué repercusión puede tener en el fracaso escolar?
Sin duda hay una serie de aspectos que están afectando a los procesos de abandono prematuro, sobre todo en el caso de los niños. Es decir, esos aprendizajes basados en los mitos del patriarcado, como es el hecho de debo ser valiente, no puedo ser vulnerable, debo ser importante y mostrar mi fortaleza, están ocasionando que en el momento que aparece la más mínima dificultad escolar, como no deben de mostrarla según esos mandatos, es mejor abandonar y escapar hacia otro contexto, que no quedarse en un contexto que de alguna manera dañe su identidad. Esto es un problema gravísimo desde un punto de vista escolar. Los niños están abandonando por problemas de aprendizaje de género.
¿Desde qué edad es importante empezar a educar emocionalmente?
Desde la educación infantil. Los niños a partir de los 2 años empiezan a hacer reconocimiento de normas sociales deseables y a partir de esa edad hay que empezar a trabajar, porque los niños son esponjas y rápidamente aprenden patrones.
Entre las posibles consecuencias de quienes no son educados en emociones habla de reacciones de violencia por parte de los hombres. ¿Es posible corregir estas actitudes?
Es muy complejo y las personas tienen que tener una fuerte motivación. Los programas de maltratadores tienen muy poco éxito, depende mucho de poderlos pillar en momentos iniciales de esa relación. Pero se puede hacer, no es imposible.