laguardia. La crisis no ha hecho mella en el turismo que llega a Rioja Alavesa. La comarca sigue recibiendo visitas y, si bien es cierto que en los primeros momentos algunos inversores decidieron ralentizar sus proyectos, la verdad es que en los últimos meses del año que acaba de terminar las iniciativas han vuelto a coger carrerilla para estar listos de cara a este año. Y es que "Rioja Alavesa es un valor seguro", como señala un importante hombre de negocios con inversiones en la zona pero que prefiere permanecer en el anonimato, actitud que todavía mantienen muchas personas por temor a comenzar a recibir cartas de extorsión."En esta zona existe una conciencia muy clara del valor que significa el vino más allá de la bebida. El vino está vinculado al patrimonio natural, al artístico, al deporte, a la salud, a la cultura y al saber vivir" apunta. "Y todo eso está tan interiorizado por la gente, que lo cuida y lo fomenta. Por eso resulta tan apetecible venir y, para muchos, invertir", completa.
Es difícil saber cuántas personas visitaron Rioja Alavesa durante el pasado año. De poco sirve conocer que cerca de 63.000 pasaron por la oficina de turismo de Laguardia para realizar consultas o los miles de alojamientos que se atendieron en la oferta hotelera y de turismo rural de la comarca, porque también tendría que valorarse el movimiento en la restauración o los desplazamientos con motivo de las numerosas fiestas y actos populares que se celebran. Pero un baremo que da una idea de que las cifras son espectaculares son los nuevos establecimientos hoteleros abiertos, o a punto de hacerlo, como la Hospedería Los Parajes, en Laguardia; el hotel Viura, en Villabuena; o el Nagose, en Oion. O los restaurantes, bares y cafeterías. O las bodegas y tiendas delicatessen con productos artesanales.
En la oficina de turismo de Laguardia, instalada desde el verano pasado en la Casa Garcetas, se muestran satisfechos de las visitas recibidas, especialmente durante la Semana Santa; agosto, que es el mes vacacional mayoritario; u octubre, por su coincidencia con la vendimia.
"Este año se ha notado una mayor presencia de visitantes de regiones vecinas", señalaba la responsable de la oficina. "Pero también de extranjeros -subrayan-, principalmente de Francia, Estados Unidos y Canadá, Reino Unido y Alemania. "Estos últimos vienen con las ideas muy claras de lo que quieren conocer y hasta traen documentación de vinos o de lugares que les interesan".
En Laguardia, esta presencia de visitantes extranjeros resulta especialmente destacada, ya que la oficina mantiene una estrecha colaboración con agencias de viajes de EEUU. Junto al turismo estacional, en Laguardia se nota mucho la presencia de otros colectivos que visitan la villa con independencia de la época del año y que son atendidos y canalizados por la Oficina de Turismo.
Es el caso de los viajes de tercera edad, de empresa o de colegios, que acuden para visitar la villa y la muralla, el pórtico de Santa María de los Reyes, las bodegas o el poblado de La Hoya, entre otras riquezas culturales, así como las lagunas, una de las cuales está preparada para la observación de aves.
Quizás el lugar menos favorecido por las visitas es el poblado de La Hoya, primitivo asentamiento hasta que sus pobladores decidieron subir la colina sobre la que hoy se asienta Laguardia. El poblado sólo muestra una pequeña parte de lo que se oculta bajo la tierra y además está pésimamente señalizado, aunque el encargado se desvive por explicar todo lo que sabe sobre el lugar. En la Diputación tienen intenciones este año de realizar alguna inversión, pero a lo mejor bastaba con un poco más de interés, que es lo que reclaman los residentes en la villa.