madrid. La llegada de inmigrantes ilegales a las costas de España descendió un 50% en el último año y más de un 80% en una década, informó ayer el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, en la presentación del balance de inmigración. Según datos de Interior, en el último año llegaron a España de forma ilegal y por mar un total de 3.632 personas, frente a las 7.285 que llegaron el año anterior.
"Han llegado menos embarcaciones y las que llegan son más pequeñas", precisó Rubalcaba, quien felicitó a Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y agradeció la colaboración de los países de la costa africana.
Las llegadas por mar descendieron especialmente en Canarias, donde en 2009 llegaron 2.246 personas y en 2010 solo 196, lo que supone un descenso del 91,3% y unos niveles de llegadas similares a los de 1997 "cuando nadie sabía qué era un cayuco", dijo.
Rubalcaba subrayó que en 2010 "no ha llegado ni un sólo cayuco desde Senegal", un país desde el que llegaron la inmensa mayoría de los 31.678 que arribaron de manera ilegal a las costas canarias en 2006.
"El 2010 ha sido el mejor año de la década", indicó, y consideró que "el esfuerzo ha merecido la pena, pero no podemos bajar la guardia".
En cuanto al Mediterráneo, el ministro elogió la colaboración con Marruecos y Argelia que resultó en un descenso del 31,8% en la llegada de ilegales a la península y Baleares, de los 5.039 de 2009 a los 3.436 de 2010. Las llegadas de inmigrantes ilegales por carreteras y aeropuertos también descendieron en 2010.
Así, en 2010 se denegó la entrada a 9.453 personas en puestos fronterizos frente a las 12.226 que fueron rechazadas el año pasado; se repatriaron 1.959 frente a los 5.099 de 2009, y se expulsó a 11.454 inmigrantes ilegales, cuando el año anterior se expulsó a 13.278 personas.
Además, se devolvieron principalmente a Francia y Portugal a 11.450 personas que intentaron entrar en España por puestos no habilitados, cuando en 2009 fue de 13.278.
En cuanto a las expulsiones, Rubalcaba explicó que la gran mayoría de ellas (8.196, el 71%) son "expulsiones cualificadas", es decir de personas que no solo estaban en España de manera ilegal sino que tenían "relación con la delincuencia".
"Redadas no hay porque las prohíbe la Constitución, pero esa es la ley y debemos cumplirla, y si a alguien no le gusta que vaya al Parlamento y la cambie", dijo el ministro, quien destacó que la decisión de potenciar las "expulsiones cualificadas" sirve para cumplir la Ley de Extranjería y para "mejorar la seguridad".
Buena parte de este mérito se debe al incremento de efectivos policiales, que pasaron de ser 10.239 el año anterior, a los 16.375 actuales, un aumento de más del 60%.
"Esta es una receta infalible, cuando tienes más efectivos tienes mejor control, y cuando tienes mejor control la gente se cuida más de intentar entrar", explicó Rubalcaba.
El ministro precisó que hay 774 personas ingresadas en Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) en la península y 51 en Canarias, todas ellas a la espera de la resolución de sus casos.