vitoria. El conflicto laboral en el sector textil alavés amenaza con enquistarse. Tras la huelga celebrada el pasado día 7 coincidiendo con el primer día de las rebajas -la única movilización que tuvo lugar en toda la CAV-, los sindicatos esperaban de la patronal una oferta que satisficiera sus expectativas, pero casi una semana después del paro, que logró cerrar por momentos las principales franquicias de la capital alavesa, la respuesta ha sido "decepcionante" ya que, tal y como señaló ayer la secretaria comarcal de ELA Zerbitsuak, Oihana Lasagabaster, "es peor incluso que la que teníamos sobre la mesa antes de la huelga".

Antes de la movilización, la patronal alavesa Unimoda planteó a los sindicatos aplicar un incremento del IPC a los salarios a cambio de 20 horas anuales extras de trabajo, extremo al que éstos se negaron en redondo. Ahora, retira la propuesta de las 20 horas, pero congela totalmente los sueldos, algo que los representantes de los trabajadores ven inaceptable. "No hay acuerdo, de manera que en las próximas dos semanas convocaremos asambleas para comunicar la situación a las trabajadoras y decidir qué pasos vamos a seguir a partir de ahora", señaló Lasagabaster.

La representante sindical señaló que necesitan ver un esfuerzo por parte de la patronal, si bien precisó que son conscientes de que los volúmenes de ventas de este año son inferiores a los de campañas anteriores. "Podríamos llegar a un acuerdo con un IPC más el 0,5%", manifestó.

Otro escollo a salvar será la designación de nuevo interlocutor, después de que ayer el presidente de Unimoda, Víctor Manuel Ibáñez, presentara su dimisión. Ibáñez, quien aseguró que llevaba tiempo dándole vueltas a la idea de abandonar su puesto después de veinte años al frente de la patronal alavesa, señaló que el conflicto ha pesado a la hora de tomar esta decisión. Su renuncia llegó oficialmente el martes, aunque seguirá ejerciendo la presidencia de Unimoda por lo menos un mes más, hasta se elija a un nuevo responsable.