Es posible disfrutar de un cigarrillo y un café en un establecimiento hostelero de Vitoria durante un día lluvioso, a resguardo del frío, sin mojarse y cumplir con la Ley Antitabaco? Parece ser que sí, a juzgar por la respuesta que han obtenido de la Administración los titulares del café Itaca, ubicado en las galerías gasteiztarras del mismo nombre que comunican las calles Postas y General Álava. Al igual que en el resto de los establecimientos hosteleros de la ciudad, está terminantemente prohibido fumar en el interior del local, pero como también sucede con el resto de los locales de la capital alavesa sí se permite hacerlo en la terraza exterior, que en este caso se encuentra a buen resguardo de las inclemencias meteorológicas por hallarse en el interior de una galería comercial. Como los responsables del café no tenían claro cómo proceder, hicieron lo que el resto de los mortales en su situación: preguntar a las instancias oficiales. La respuesta, sin embargo, no fue concluyente. Nadie supo explicarles si el caso de su terraza se adaptaba a la norma o excedía del marco legal. En todo caso, cada día transitan por el pasadizo comercial diversos agentes de la autoridad sin que por el momento ninguno de ellos les haya dicho ni una palabra a este respecto.
A falta de una explicación definitiva, la lógica parece decantarse a favor de estos jóvenes hosteleros, ya que los clientes que visitan las tiendas aledañas se sienten libres de fumar cuando, consumadas sus compras, abandonan éstos establecimientos y recorren la galería de un punto a otro. Además, el suelo que pisan entre una boca y otra es de titularidad privada, no pública, lo que lleva a pensar que el dueño de las zonas comunes de esta galería podrá decidir si desea que se fume en el interior de las mismas o no. Sea como fuere, actúan como el resto de los hosteleros de la ciudad. Es decir, que han colocado los carteles remitidos por el Gobierno Vasco, impiden que se fume en el interior del bar e indican a los fumadores que pueden salir al exterior a disfrutar de su cigarrillo y de su consumición. Gracias al cobijo y al calor que ofrece su terraza, el establecimiento se ha convertido en un reducto para muchos fumadores que, tal y como sucedía hasta el arranque de enero, sólo aspiran a disfrutar de un café y de un cigarrillo sin congelarse en la calle y sin molestar al resto de la gente.
A la espera de que en febrero el Parlamento Vasco apruebe definitivamente el texto legal adaptado para la CAV, los clientes del Itaca cruzan los dedos y piden que, aunque sólo sea en este café, les dejen fumar en paz.