Berlín. El número de granjas avícolas y porcinas clausuradas en Alemania por alimentar a sus animales con piensos contaminados con dioxinas se eleva ya a más de 4.700. La mayoría de los casos son granjas porcinas a las que se ha prohibido sacrificar a animales y comercializar su carne hasta que se certifique que su consumo resulta absolutamente inocuo. Sin embargo, los huevos procedentes de animales alimentados con esos piensos contaminados podrían haber sido empleados ya en pasteles y quichés vendidos en supermercados británicos.

Al parecer, y según informaciones de la BBC, dos fabricantes del Reino Unido utilizaron los huevos contaminados para la elaboración de productos destinados a los minoristas de este país, según confirmó un portavoz de la Agencia de Estándares Alimentarios británica (FSA), al tiempo que insistía en que "no existe riesgo para la salud". Los productos que contenían esos huevos eran perecederos y podrían haber sido ya consumidos o estarían cerca de su fecha de caducidad.

La gran mayoría de las granjas, 4.468 del total, se encuentran ubicadas en el norteño estado federado de la Baja Sajonia, que adquirieron piensos contaminados originalmente por el fabricante Harles & Jentsch, que utilizó aceites industriales no destinados al consumo animal o humano. De hecho, esta empresa ha sido denunciada por un particular que acusa a su dirección de intento de asesinato. Wolfgang Schweer, fiscal superior de Münster, norte de Alemania, anunció que un médico ha denunciado a la citada firma por lesiones graves e intento de asesinato por ánimo de lucro. La denuncia será tramitada contra la firma con sede en el septentrional estado de Schleswig-Holstein por atentar contra la legislación alimenticia y la normativa de fabricación de piensos.

El Ministerio de Agricultura de este último estado desveló ayer que un instituto de análisis privado registró ya en marzo de 2010 elevados índices de dioxina en los productos de Harle & Jentzsch destinados a la fabricación de piensos, por lo que se sospecha que su actuación ilegal tiene un recorrido largo. La ministra alemana de Agricultura, Ilse Aigner, criticó en este sentido los intentos de la citada firma de calificar de "accidental" o "involuntario" el uso de aceites y grasas industriales no comestibles para la producción de piensos.

Sospechas "Si se confirman las sospechas de que la empresa responsable sabía desde hace meses de la contaminación con dioxina y, pese a ello, no alertó a las autoridades competentes, su actuación deberá ser considerada criminal y totalmente irresponsable", dijo la ministra. Ante estas informaciones, la alarma internacional ha empezado a tomar forma y, ayer mismo, Eslovaquia prohibía cautelarmente la importación de carne avícola y huevos procedentes de Alemania. "Hasta que no se conozcan los resultados de los test de laboratorio que realizan institutos de diagnóstico eslovacos, la venta de huevos y carne blanca procedente de Alemania se paraliza", indicaron.

Y es que, el Ministerio de Agricultura del septentrional estado de Schleswig Holstein hizo público ayer un análisis sobre muestras entregadas por la propia firma hace un año y aseguró que la grasa vegetal usada por la empresa para fabricar los piensos no es la adecuada. Los productos de otra fábrica en Bösel (Baja Sajonia, en el norte), asociada a Harles & Jentzsch, también mostrarían niveles superiores de dioxina a los tolerados.

Mientras tanto, el presidente de la federación alemana de Agricultores y Ganaderos, Gerd Sonnleitner, ha cifrado entre 40 y 60 millones de euros las pérdidas semanales de los ganaderos afectados por el cierre de sus factorías.