Con poco más de cero grados y un niño Jesús de carne y hueso, la localidad de Víllodas ha iniciado su particular Navidad con la interpretación del belén viviente y la visita anticipada de Olentzero. Decenas de vecinos han colaborado en la ambientación de las calles y casas ornamentadas con antorchas, muérdagos y detalles navideños. Además, la ermita de San Pelayo ha sido escenario de una fiesta acompañada de vino caliente, chocolate y pan con chorizo.
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