Vitoria. Una mujer de 60 años es la presunta autora de cinco robos a ancianos que residían en caseríos aislados de distintas localidades de Euskadi, según informó ayer el Departamento de Interior.

El último de los delitos de los que se la acusa lo cometió en tierras alavesas justo la semana que acabamos de dejar atrás. En concreto, el pasado martes, un baserri de Murgia, aislado del contacto humano al estar ubicado en el barrio Aretxaga, fue el escenario ideal para que la malhechora dejara la menor cantidad de testigos posibles. Sin embargo, la descripción de los hechos que dieron las dos ancianas hermanas residentes en el mismo no sólo facilitó a los agentes de la comisaría de Vitoria los datos del retrato robot de la ladrona. Para sorpresa de los responsables de la investigación policial, el modus operandi coincidía con la oleada de robos cometidos desde el pasado mes de junio en las localidades vizcaínas de Gatika y Amoroto, en las guipuzcoanas de Eibar y Azpeitia. En todos ellos, la detenida, en algunas ocasiones acompañada de otra mujer, usaba un aerosol con gas lacrimógeno. Así lo reconocían las últimas dos víctimas del asalto en Murgia, quienes fueron rociadas con este molesto gas, además de ser golpeadas con un palo en la cabeza, por negarse a entregar el dinero a la supuesta desvalijadora, quien finalmente se apoderó de 420 euros, pese a la resistencia ofrecida por las propietarias.

En gernika A partir de todas estas pistas, la Ertzaintza determinó que la autora del robo era la misma fémina que en otros cuatro casos similares registrados desde junio. El sábado, gracias a la descripción física ofrecida, la Ertzaintza pudo localizar y detener en Gernika a la presunta autora, una mujer de 60 años, con antecedentes, que pasó ayer a disposición judicial.