El mayor incendio en la historia de Israel, que comenzó el pasado jueves en el norte del país y en el que han muerto 41 personas y obligó a evacuar a 17.000 personas, se encontraba ayer prácticamente extinguido. La Policía israelí precisó que los equipos de bomberos y unidades militares que han combatido las llamas, que han arrasado 5.000 hectáreas, proseguirán dos días más para que el fuero no se reavive.
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