La plaza de Abastos ha vuelto a hacer el milagro en el nombre de Vinogourmet. Cientos de personas acudieron ayer el mercado vitoriano atraídos por los mejores caldos de Rioja Alavesa y un surtido de pintxos de quitar el hipo. No cabía esperar menos de esta feria enológica y gastronómica, heredera de la extinta Ardoaraba, que en su segunda edición ha optado por una distribución distinta de los puestos y más delicias culinarias. Acierto total, a la vista de la cantidad de visitantes que se fueron sumando a lo largo del día, la calidad de sus sonrisas, las conversaciones in crescendo, el movimiento de carteras, el ajetreo en los catorce puestos de vino, el de txakoli, los siete de tapas... Y quedan dos días.
"Una morcilla, una pechuguita de pollo, un trozo de tortilla de patata, dos vinos... Cinco euros y me voy a casa tan contenta. A mí hoy no me pillan cocinando", confesó Isabel, clienta habitual de Manolo, "el de los pollos", y veterana ya de Vino Gourmet. Ella es de las que no se pierden un evento enológico "y éste lo tiene todo", matizó antes de atacar un Heredad Ugarte. Igual de entusiasmadas se mostraron Beatriz y Natalia, tras sacudirse la desorientación con los mapas repartidos por todo el mercado. "En la primera planta, los pintxos, en la segunda los vinos... ¡Vamos a arrasar de aquí al miércoles!". A falta de dinero para hacerse un buen viaje, estas dos amigas han decidido pasar el puente embarcadas en una aventura enológica y gastronómica low cost. "Sin moverte de casa, descubres bodegas por un precio súper módico y te lo pasas pipa", resumieron tras poner el dedo sobre su primera elección. Casa Primicia.
Antonio y sus amigos, una cuadrilla de "cincuentones pero de buen ver", prefirieron comenzar la ruta haciendo masa. Así que se pasearon por la primera planta del mercado para escuadriñar los pintxos y escoger los más apetecibles. Difícil decisión. "Es que todo tiene una pinta estupenda", reconocieron. La feria cuenta este año con la aromática presencia de la denominación de origen Idiazabal, que ofrece degustaciones de los quesos que se hacen en Álava, y a ese festín hay que sumar bocaditos de morcilla de Bernedo y tapas hechas con productos de los comerciantes de Abastos, exquisitas delicatessen elaboradas por el chef de la plaza y las recetas de siempre de los afanados cocineros de Boilur: tortilla de patata alavesa, callos, pechugas, lomo, jamón con pimientos, chorizo al vino blanco... Cada una de las tapas, por sólo un euro.
"Nos vamos a poner las botas", reconoció la cuadrilla. Era la una y media de la tarde, y el mercado empezaba a estar de bote en bote en el primer piso. Había hambre. "Y sed, y sed". Nerea y Julio, amantes de Rioja Alavesa, contemplaron aturdidos la gran barra enológica tras subir a la segunda planta para llenar las copas. "La selección es estupenda y me parece increíble que por 50 céntimos tengas un vino joven y por un euro un crianza", apuntaron, justo antes de ponerse a aplaudir al descubrir la novedad más práctica de esta edición: "¡Hay grifos para lavar los vasos! Ha sido una gran idea".
Hoy y mañana seguirá el chapuzón enológico en Abastos. Y también, en la calle Cuchillería y aledaños, gracias a la segunda edición de Ardoa Zaharrean, que está cosechando un gran éxito. Cosas de Vitoria, a la que algunos turistas ya empiezan a conocer como la Wine Capital. "Os podéis sentir muy afortunados por acoger este tipo de actividades en pleno puente. Nos hemos quedado muy sorprendidos", aseguró un grupo de jóvenes llegado de Valencia. Exactamente igual piensa Arturo, un navarro que había venido a visitar a la familia y, sin pretenderlo, acabó con una copa en la mano entre carnicerías, pollerías y puestos de verdura. "En el Casco Viejo de Pamplona tenemos un mercado con mucho encanto, pero nunca se ha hecho nada como esto. A ver si toman nota", confió. Era su tercer vino y propuso ir para casa. Pero tomó un camino muy distinto. La cuñada le había recordado que estamos en la Semana de la Cazuelita. "Tocado".