Vitoria. El diputado general de Álava, Xabier Agirre, empezó el discurso igual que como lo terminó, con el deseo de afrontar un Pleno de Santa Catalina basado en "el intercambio de reflexiones" para conseguir lo mejor para el territorio. El horno, sin embargo, no está para conciliaciones. El año pasado, el mandatario nacionalista llegó al debate de política general sin Aralar. Esta vez, lo ha hecho sin EA. Pero también sin su titular de Administración Local, Alfredo de Miguel, detenido en marzo acusado de cochecho y malversación de fondos. Dos contratiempos que han marcado una profunda huella en el Gobierno del PNV y de los que Agirre habló con la cabeza bien alta al principio de su discurso. Sabía que era lo que se esperaba de él, pero eso no quitó para buscar responsables fuera de sus filas políticas.

Respecto al caso de Miguel, Agirre defendió que, tras ocho meses desde las imputaciones -que afectan a otros miembros del partido- y a seis de los comicios forales, las dos comisiones de investigación constituidas en el Parlamento Vasco y en las Juntas Generales "parecen evidenciar un cierto aroma de interés electoral". Así de claro.

Ese mismo perfume es el que respira cuando piensa en EA. La presentación de enmiendas al proyecto de fiscalidad del PNV llevó a Agirre a cesar la semana pasada a los dos diputados de la formación independentista, Mikel Mintegi y Lorena López de Lacalle. "Las causas de este ruptura de gobierno hay que buscarlas en la estrategia electoral de EA", subrayó ayer Agirre; o sea, en la presunta intención de buscar alianzas con la izquierda abertzale ilegalizada. En cualquier caso, el regidor nacionalista volvió a liberar de la responsabilidad de este divorcio a sus dos compañeros en estos tres años de legislatura y les agradeció "el esfuerzo, la dedicación y la lealtad" mostrados.

Cuando mira a Madrid, Agirre piensa en positivo. Se felicitó por el acuerdo presupuestario alcanzado entre Zapatero y el PNV, y dijo que está basado en "la responsabilidad y en la inteligencia política".