Hubo un tiempo en que los procuradores no se despegaban del puro ni durante los debates, un joven Juan José Ibarretxe ejercía como presidente de las Juntas Generales y quien era designado diputado del territorio juraba ante una enorme cruz con la mirada puesta en el cielo. Hay fotos que lo prueban, las que ayer decoraron la carpa instalada en la Plaza de la Provincia. Como en todas las vísperas del Pleno de Santa Catalina, el máximo órgano de representación popular de la provincia celebró una jornada de puertas abiertas para compartir pasado y presente con los ciudadanos, acercar lo mejor de las siete cuadrillas y dejar claro que sigue estando muy vivo.
Ni siquiera el frío impidió que la jornada fuera un éxito. Antes de que se abrieran las puertas de la carpa, al menos cincuenta personas -jubiladas casi todas- esperaban fuera. Cuando sonó la campana de la iglesia de San Pedro, la cola sumaba al menos otros veinte curiosos. Se diría que regalaban algo dentro... Y lo cierto es que sí. Cientos de manos arrasaron con los stand de las cuadrillas, ya fueran cosas que leer o que llevarse a la boca. El puesto de Vitoria apostó por información del auditorio, Artium, Salburua y el Camino de Santiago; Ayala promocionó la jornada de puertas abiertas a bodegas de txakoli el próximo 8 de diciembre; Añana ensalzó el parque de Valderejo; Campezo puso a la venta pan, patatas, magdalenas, morcillas y demás delicias, así como artesanía de Pablo Iriarte; Zuia repartió a diestro y siniestro pósters y escudos de chocolate -nunca se habían visto tantas manos sobre una cesta-; Laguardia se decantó por la enología, con jaboncitos de vino de regalo; y Agurain, con las eco-chips dando la nota, arrasó con sus folclóricas postales.
Claro que lo mejor para los hambrientos estaba por venir. A mediodía, hizo acto de presencia la que para muchos es la octava cuadrilla de Álava. Trebiño transmitió sus reivindicaciones a los presentes entre trozos de pan, queso, chorizo y sidra. Y el mensaje caló. "Entiendo que las Juntas no pueden ponerles un puesto porque se generarían problemas serios entre comunidades, pero me parece perfecto que ellos vengan", apuntó Manuel con la boca llena. "Y yo espero que al final nuestros políticos se planten y le inviten", añadió Belén, tras visitar el stand.
Los visitantes se marcharon con las manos llenas y verdes por fuera, como reza el conocido lema. Las Juntas Generales quisieron mostrar su apoyo a Vitoria por la obtención del título European Green Capital con la distribución de 4.000 esquejes de encinas. El reparto se celebró en el hall de entrada del Palacio de la Provincia, cuyo Salón de Plenos estuvo abierto al público todo el día con música de violines en directo. "Es pequeño, pero impresiona, me resulta muy elegante", confesó Isabel. A sus 56 años, ayer fue la primera vez que pisaba el lugar donde se han fraguado un sinfín de debates, acuerdos, rupturas... Y quedó encantada. Por el techo artesonado, por los cuadros del Conde don Vela, Carlos I de España y Felipe V de Borbón, por el aire de solemnidad. Su hijo, sin embargo, prefirió perderse entre los juegos interactivos. Y se quedó con la copla mejor que muchos mayores. "¿Que qué son las Juntas? Pues a los que elegimos para que gobiernen bien". O para que lo intenten.