Vitoria. Algunos lo daban por muerto, pero el Plan Mugarri del Departamento foral de Medio Ambiente, el mismo que aspira a cubrir con energías renovables el 35% de la demanda eléctrica alavesa dentro de diez años, está más vivo que nunca. Argumentaban para enterrarlo que no disponía de presupuesto, pero el concepto que engloba Mugarri trasciende las partidas vinculadas al área dirigida por Mikel Mintegi y se extiende hacia Agricultura, Promoción Económica... incluso hasta el Gobierno central y a la Unión Europea a la hora de merecer financiación. Dos pinceladas iniciales incluidas en el apartado Álava Renovable bastan para ilustrar el alcance de un plan diseñado para pasar de las palabras a los hechos. Un primer proyecto pionero consistente en instalar un sistema de calefacción y agua caliente comunitarias para todo un municipio alavés alimentado con los restos orgánicos procedentes del monte y un segundo plan, igualmente novedoso, que contempla la colocación de mini molinos en polígonos industriales para abastecerlos. Ideas innovadoras que van arropadas por otras complementarias y que, en conjunto, servirán de banco de pruebas para conocer las dificultades que ha de superar la aplicación real y efectiva de las nuevas fuentes de energía en el territorio.

En mayo de 2011 estarán listos los informes de evaluación realizados sobre todo el territorio -necesarios para determinar qué lugares reúnen las condiciones necesarias- y se conocerá qué municipio del entorno rural alavés y qué polígono industrial de la provincia serán los elegidos para llevar adelante estas dos iniciativas. Proyectos ambos ya conocidos en otros puntos de la geografía europea pero desconocidos en Álava.

El primer proyecto piloto, denominado Análisis y desarrollo de aplicaciones de aprovechamiento energético de la biomasa forestal en núcleos rurales, se basa en una premisa sencilla. Los montes y los bosques generan un enorme volumen de restos orgánicos, tales como ramas y hojas, susceptibles de ser aprovechados como combustible pero que generalmente se desaprovechan. A partir de ahí, se trataría de recogerlos, instalar una caldera comunitaria en un punto del pueblo conectada a todas las viviendas y aprovecharlos para ofrecer a los vecinos agua caliente y calefacción a precios muy razonables. Lo mismo que se aplica a las comunidades de vecinos pero a escala municipal. Una iniciativa que en Europa se conoce ya como districts heating o calefacciones de distrito. El segundo proyecto ahonda igualmente en la idea del autoabastecimiento. Seleccionado un polígono industrial, se instalarán mini aerogeneradores cuya energía resultante irá a parar al propio consumo de la zona industrial.

independencia energética En caso de existir excedentes, los pequeños molinos podrían derivarlos y venderlos a la red eléctrica. Con esta filosofía de independencia energética, que se extenderá con el paso del tiempo a otros núcleos urbanos y a otros entornos industriales, el territorio no sólo dejaría de depender enteramente de los recursos externos, sino que además se haría innecesaria la proliferación indiscriminada de tendidos para conducir la electricidad de un punto a otro. Una filosofía enfrentada a los grandes parques eólicos y a las kilométricas líneas de alta tensión cuyos proyectos pueden acogerse a financiaciones de Agricultura, Promoción Económica, Gobierno central o Unión Europea. Los pilares de este plan, que no se olvida ni del aprovechamiento de las placas solares en todo tipo de edificios ni de la energía hidráulica a pequeña escala en la rehabilitación de molinos tradicionales, representan el cumplimiento de una responsabilidad y unos retos adquiridos por Mintegi. "La Diputación tiene el compromiso de implementar el desarrollo de las líneas de acción del Plan Mugarri, aprobado por el Consejo de Diputados y mayoritariamente apoyado luego tanto por las Juntas Generales como por el entramado social. Eso es lo que estamos dando forma con el objetivo de sentar las bases para la materialización de un modelo energético sostenible, que resulta perfectamente viable, que sería más ambicioso en la producción de energía que otras propuestas como la del Gobierno Vasco y que generaría energía limpia sin pérdida de la biodiversidad", argumenta el diputado.