Vitoria. La pobreza, como la crisis y sus efectos colaterales, no golpea a todas las comunidades autónomas por igual. Y Euskadi puede sentirse afortunada, ya que actualmente ocupa la segunda plaza dentro del ranking de riqueza estatal. Aunque dentro de la CAV también existen distinciones entre territorios, apreciables en función del dinero que cada uno de ellos recibe para costear los servicios sociales. Álava es la provincia vasca que más recibe por este concepto y que, en consecuencia, más necesidades plantea. Le siguen Bizkaia y Gipuzkoa cierra el círculo en tercer lugar.

Según los últimos datos publicados, Euskadi es la segunda comunidad del Estado con mayor ingreso neto medio anual por persona -12.566 euros- y también la segunda en menor tasa de pobreza relativa, con sólo un 9,4% de la población afectada. Pese a ello, tal y como ha informado recientemente el Instituto Vasco de Estadística Eustat, el gasto en servicios sociales en el País Vasco ha rebasado ya los 1.861 millones de euros, lo que representa un incremento interanual del 15%. La cifra equivale al 2,7% del PIB vasco y, si fuera repartida entre todos los habitantes tocaría a 860 euros por persona, de los que 623 salieron de las arcas públicas.

Y si los golpes de la miseria no llegan a todas las comunidades con la misma fuerza, lo mismo ocurre de puertas hacia dentro en la CAV. Territorialmente, el incremento del gasto en materia social ascendió un 17% en Álava, un 15% en Bizkaia y un 13% en Gipuzkoa. Álava, con una media por ciudadano de 995 euros, se coloca por delante de Bizkaia, que percibe 847 euros por persona, y de Gipuzkoa, que gasta 821 euros por habitante.

La comunidad autónoma menos necesitada de todo el Estado es la vecina Navarra, con un porcentaje de pobreza relativa del 7,4%. Los ingresos netos medios del navarro suman 12.701 euros por año. En el peor lugar de la lista se ubica Extremadura, la comunidad con mayor tasa de pobreza, con un 36,2% de sus habitantes tocados por la penuria. Además, es al mismo tiempo la que cuenta con un ingreso neto anual medio por personas más reducido; en concreto, de tan sólo 7.551 euros.

más peso de madrid Tal y como se deduce de los datos ofrecidos por el Eustat, a lo largo de la última década se han registrado cambios sustanciales en la configuración de los Servicios Sociales vascos que se han traducido en una mayor importancia del Gobierno central dentro del entramado de la financiación. El gasto público se disparó hasta crecer un 182%, mientras que el gasto en relación al PIB lo hizo en un 64%. El capítulo que más recursos consume es el correspondiente a las prestaciones económicas. Y dentro de éstas, a la renta de garantía de ingresos, una prestación periódica de naturaleza económica, dirigida tanto a la cobertura de los gastos básicos para la supervivencia como a la de los gastos derivados de un proceso de inclusión social o laboral. Dotado este mismo año con 281,4 millones de euros, se destina a las personas integradas en unidades de convivencia que no disponen de ingresos suficientes para hacer frente a dichos gastos, por lo que el volumen de solicitudes y de concesiones está estrechamente vinculado al aumento o disminución de la pobreza de los ciudadanos.

Curiosamente, el volumen de financiación que aportan los ayuntamientos y las diputaciones forales no ha dejado de recortarse, desequilibrio que ha sido compensado mediante una creciente aportación monetaria tanto del Gobierno Vasco como del central, cuyo papel resulta cada vez más relevante en la ecuación social de la CAV. Entre los años 2005 y 2008, las aportaciones de Madrid, que costean todos los centros especiales de empleo y desde 2007 una parte de las prestaciones por dependencia, aumentó de 30 a 83 millones, con lo que su aportación se multiplicó por tres.