Bilbao. No se puede decir que el director gerente de Osatek no haya estado rápido de reflejos, al menos de puertas adentro. A principios de semana, Pablo Arbeloa López envió un correo electrónico a todos los empleados de la sociedad pública dedicada a realizar las resonancias magnéticas de Osakidetza, en la que trata de responder a las informaciones publicadas en DNA sobre su relación y la de la directora de Farmacia, Paloma Acevedo, con unas empresas que han recibido adjudicaciones del Departamento de Sanidad. En su misiva, que se ha colgado en los tablones informativos de todas las unidades de Osatek, Arbeloa explica que no se siente "responsable de nada", por lo que dice no saber el motivo por el que tendría que "pedir disculpas".

El tono de la comunicación es descalificatorio con respecto a las informaciones contrastadas que ha publicado este medio y se limita a negar que haya cometido ninguna irregularidad. Arbeloa no entra a explicar el motivo por el que mantiene participaciones en Plaold, una consultoría sanitaria de la que fue administrador hasta que el consejero Rafael Bengoa le nombró alto cargo y que es adjudicataria de varios contratos por parte del actual Departamento de Sanidad.

En la misiva interpreta que, en sus informaciones, DNA le "acusaba más o menos de ser el director de una red de tráfico de influencias orientada a conseguir contratos" para su antigua empresa. También realiza una interpretación de lo que considera "enorme desproporción" entre los titulares y la "letra pequeña", así como de "una serie de comentarios" sobre sus vinculaciones políticas "que son totalmente falsos". Descalifica, en definitiva, las informaciones aportadas por este medio por ser, a su juicio, una "difamación".

Llegado a este punto, se reivindica ante sus empleados como el depositario de una "trayectoria profesional que ha intentado, desde la profesionalidad, independencia y honestidad, trabajar para que Euskadi disfrute de una Sanidad pública que progrese día a día".

Pese a que DNA nunca ha puesto en cuestión ni la trayectoria de Osatek ni la actuación de sus empleados, Arbeloa trata de endosar al periódico algún tipo de animadversión contra esta empresa pública: "Me preocupa especialmente la repercusión sobre la imagen de Osatek y de las personas que trabajan en ella".

Manifiesta que es un "delirio" incluir a Osatek en "una serie de empresas manejadas" por él, una nueva interpretación de Arbeloa sobre las informaciones publicadas. "Sólo puedo decir -añade en su comunicación- que Osatek no ha realizado ningún contrato a las empresas mencionadas en el periódico". A renglón seguido, ofrece esta explicación: "Sería de personas con muy poca capacidad intelectual contratar desde una sociedad pública a una empresa privada de la que uno es accionista". El gerente de Osatek expresa su deseo de que "todo este (sic) revuelo se autolimite, porque no existe ninguna prueba en la que sostenerse". Tras prometer seguir informando a los trabajadores de cualquier "novedad", se despide lamentando "lo que está sucediendo" y manifestando que no tiene motivo por el que pedir "disculpas".

Las explicaciones, aunque sean a nivel interno de Arbeloa, contrastan con el silencio premeditado del consejero de Sanidad, Rafael Bengoa, que esta semana se ha despachado con un juego de palabras -"la difamación también es otro tipo de infección y estoy vacunado"- como única aclaración a las informaciones de este diario. Esta falta de esclarecimiento ha provocado que PNV y EA pidieran de inmediato la comparecencia de Bengoa en el Parlamento, aunque la reacción más llamativa ha sido la del PP. En apenas una semana y al tiempo que las informaciones iban ahondando en las controvertidas adjudicaciones, los populares han endurecido su discurso.

Especialmente llamativo fue el comportamiento de ayer de la parlamentaria Laura Garrido, quien manifestó que "ahora estamos analizando las irregularidades del anterior Ejecutivo, pero -aclaró- por parte de este Gobierno hay que dejarlo todo claro y despejar las dudas".