Un grupo de personas de diversas partes del mundo que afirman que fueron víctimas de abusos sexuales cometidos por sacerdotes católicos pidieron ayer en Londres a la Iglesia Católica que adopte medidas contra los agresores para "reparar" el sufrimiento que causaron. Un día antes de la visita de Estado que Benedicto XVI realizará a Reino Unido, personas que sufrieron abusos en su infancia por curas compartieron ayer en la capital británica sus testimonios desgarradores, en primera persona, para exigir "justicia" al clero. "Necesitamos que el Papa diga que entregará toda la información que tiene sobre los curas agresores dondequiera que estén en el mundo. Esta información se entregará a las autoridades de los países donde esas personas están siendo protegidas", dijo Peter Saunders, el consejero ejecutivo de la organización NAPAC (Asociación Nacional para personas agredidas en su infancia). Saunders afirmó que el propósito de este grupo de víctimas, procedentes de distintas partes del mundo, era enviar "un mensaje" al Papa y a los millones de católicos del mundo, a raíz de las revelaciones de abusos destapadas en los últimos meses por la prensa.