Madrid. La Policía Nacional detuvo ayer en Madrid a Adrian Rascu, El Padrino, uno de los fugitivos más buscados por la justicia francesa y que dirigía una importante organización de proxenetas asentada en París que reclutaba a mujeres de etnia gitana, captadas en Rumanía.

Rascu -que huyó hace cinco años de Francia, donde fue condenado a 10 años de prisión, y en la actualidad vivía en Madrid bajo una identidad falsa- fue arrestado cuando abandonaba un gimnasio del barrio madrileño de Carabanchel donde entrenaba a diario y que también utilizaba como centro de reunión con otros integrantes de grupos mafiosos.

Según la Dirección General de la Policía y de la Guardia Civil, el detenido controlaba la red de explotación sexual en el Distrito 18 de París, que captaba a mujeres en Rumanía mediante falsas promesas de un trabajo digno y bien remunerado en Francia. Tras ser trasladadas hasta el campamento de Saint-Denis, a las mujeres se les confiscaba el pasaporte y se les obligaba a prostituirse, golpeando e incluso violando a las que oponían resistencia.