vitoria. La pequeña pantalla ha popularizado el trabajo de los patólogos forenses, profesionales que, al igual que sucede en la ficción, se ocupan de realizar todas las autopsias de muertes violentas o sospechosas de criminalidad, así como de aquellas otras naturales, súbitas y no certificadas. Pero en la realidad cotidiana su trabajo abarca muchos más ámbitos, ya que se encargan de reconocer y valorar todo tipo de lesiones, realizar exploraciones psiquiátricas y psicológicas a víctimas y autores de agresiones sexuales y de maltrato doméstico o de evaluar demandas de incapacitación legal y de internamiento, entre otras muchas competencias. No es necesario desplazarse hasta Las Vegas, Nueva York o Miami para realizar un balance de su labor, ya que en el caso de Álava, a lo largo de 2009 la clínica forense realizó 3.936 reconocimientos, un 12% más que los efectuados durante el año anterior. 3.095 de las personas examinadas en el territorio fueron pacientes nuevos.
El servicio de patología forense depende del Instituto Vasco de Medicina Legal, que cuenta con subdirecciones en los tres territorios. La mayor parte del trabajo desempeñado en Álava procede de los accidentes de tráfico, que en 2009 supusieron el 15,66% de los reconocimientos, con 1.470 casos. Pero los forenses alaveses ponen el luminol, la luz negra y el microscopio a funcionar en todo tipo de situaciones. Así, durante el año pasado participaron en 1.211 casos de agresión no doméstica, en 420 de maltrato familiar, en 97 accidentes laborales en 108 toxicomanías y en 34 agresiones sexuales, entre otros asuntos.
Dentro del apartado de los fallecimientos, quizás el más asociado a la patología forense, los expertos tuvieron en 2009 menos trabajo que en el año anterior. Estudiaron 70 muertes naturales -88 en 2008-, 67 violentas -78 en 2008- 21 accidentes de tráfico, ninguna acción homicida -2 el año anterior- y 27 suicidios, exactamente los mismos que en 2008. Un curso de autopsias relativamente tranquilo.
Al recibir los cuerpos, los forenses llevan a cabo un estudio sistemático y metódico de los cadáveres, análisis que incluye el estudio microscópico de los tejidos. Se toman, además, muestras de sangre, humor vítreo y orina que son remitidas para la realización de estudios químico-toxicológicos en el laboratorio.
En el caso de heridas, el servicio de clínica reconoce las lesiones sufridas en accidentes de tráfico, accidentes laborales, agresiones o accidentes casuales. De acuerdo con la legislación vigente, todas las lesiones causadas por un acto violento han de ser exploradas por un médico forense.
laboratorio En el laboratorio alavés de medicina forense se analizaron a lo largo de 2009 un total de 3.260 preparaciones histopatológicas, es decir, estudios microscópicos de tejidos enfermos. Un número muy alejado de las 6.390 que se efectuaron en Gizpuzkoa y aún más distante de las 13.560 completadas en Bizkaia. Al margen de esta labor, un ejercicio más siguió funcionando el área químico- toxicológica, en la que se someten a análisis diversos alcoholes, drogas de abuso, psicofármacos, medicamentos y elementos no orgánicos.
Además de las competencias habituales del servicio de patología forense, el territorio dispone los 365 días del año de otro más de guardia integrado por tres médicos forenses que cubren turnos de 24 horas. En dichos servicios se atienden habitualmente las denominadas urgencias forenses, intervenciones que se dividen en los levantamientos de cadáveres en el lugar de los hechos y los reconocimientos médicos a víctimas de agresión, maltrato doméstico, maltrato de género sobre la mujer, agresiones sexuales y asistencia al detenido.
La subdirección alavesa se halla compuesta por dos ramas. La clínica médico forense, con tres secciones -Psiquiatría, Clínica general y Traumatología- y el Servicio de Patología Forense. La sede del servicio se encuentra en el número uno de la Avenida Gasteiz, frente al Palacio de Justicia.