barcelona. Una mujer de 29 años y de nacionalidad dominicana falleció ayer de madrugada en su casa del barrio de la Torrassa de L"Hospitalet de Llobregat (Barcelona) a causa de las puñaladas que le asestó presuntamente su pareja, un hombre de 40 años, Jorge Alberto C. L. también dominicano, que fue detenido por los Mossos d"Esquadra acusado de un delito de homicidio. Con este crimen, ya son cuarenta y cuatro las mujeres que han muerto este año en España víctimas de la violencia machista, siete de ellas en Cataluña.
El crimen ocurrió hacia las tres de la madrugada, cuando la pareja comenzó una fuerte discusión que derivó en una violenta pelea. En un momento de la refriega, el hombre, sobre el que no pesaba ninguna orden de alejamiento, empuñó un cuchillo y asestó varias puñaladas a la mujer, que quedó malherida y falleció durante su traslado al hospital. La víctima, llamada Nikauris, originaria de Samaná (República Dominicana) y que llevaba muchos años residiendo en España, vivía con su presunto asesino en una habitación de un piso que compartían con otra familia, en el segundo tercera del número 143 de la calle Doctor Martí Juliá, de dicho barrio.
La mujer trabajaba como camarera de planta en un céntrico hotel de Barcelona y tenía tres hijos de entre 7 y 11 años de una anterior relación sentimental.
La ex cuñada de la víctima explicó que una vez separada del padre de sus hijos, Nikauris mantuvo una relación de varios años con otro dominicano y que en la actualidad, desde hacía algo más de medio año, salía con el detenido, "una persona tranquila -dijo- de la que nunca me hubiera imaginado nada así". Relató que el arrestado se dedicaba a vender Lotería de la República Dominicana en España, y que también era padre de varios hijos de otra relación anterior.
AMENAZAS DE MUERTE Una vecina del mismo rellano en el que vivía la pareja explicó que en el transcurso de la discusión que acabó con la agresión el hombre amenazó de muerte a la víctima. Además, explicó que sobre las tres de la mañana se despertó por los gritos y portazos que provenían de una de las habitaciones del piso de al lado que queda frente a la suya y que dan al mismo patio, y de otras personas que residen en la casa pidiendo al presunto asesino que dejara a la mujer.
Relató que tras encerrase con ella en una habitación siguieron los gritos, y que poco después escuchó cómo otro hombre que también vivía en la casa abría la puerta y decía que la había apuñalado y que se estaba desangrando.
La vecina afirmó que enseguida acudieron los Mossos d"Esquadra y efectivos sanitarios, a los que alertaron los propios compañeros de piso, y que vio cómo la mujer salía de la casa con vida en una camilla hacia un centro hospitalario.