nueva york. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, visitó este sábado el estado de Florida, donde reafirmó su compromiso con los afectados por el vertido de crudo del golfo de México y en cuyas aguas se bañó junto a su hija Sasha.

Obama quiso demostrar que las playas de la zona son seguras para los turistas, aseguró que están "abiertas" para nuevos inversores y reiteró que, a pesar de que hace ya un mes que el vertido fue contenido, su Adminitración seguirá adelante con los trabajos de limpieza del crudo.

El viaje de Obama a la costa del golfo de México junto a su familia, que se prolongará durante todo el fin de semana, tiene como objetivo de transmitir confianza y apoyo económico a las zonas devastadas por el vertido.

Además de hablar sobre el vertido, Obama matizó sus comentarios sobre el derecho de los musulmanes a contruir una mezquita cerca de la zona cero de los ataques del 11-S en Nueva York. "Yo no estaba comentando y no comentaré si es prudente tomar la decisión de construir una mezquita allí".