La lluvia de meteoros más popular y brillante del año, las Perseidas, llega a su punto culminante esta noche. Este fenómeno estival, conocido también como Las Lágrimas de San Lorenzo, contará con "un pico muy elevado" de partículas de este tipo, con una media de 60 por hora. "Este año tenemos luna nueva, así que el cielo estará oscuro y será una buena ocasión para poder disfrutar del fenómeno", explica Miren Millet, responsable del planetario de Kutxaespacio de Donostia.

Las famosas Perseidas adquieren ese nombre por la constelación Perseo, punto del que "parecen provenir". Según señala Millet, "todas las trayectorias de los meteoros parecen partir, por efecto de la perspectiva, de un punto de la esfera celeste, denominado radiante". En el caso de las Perseidas, "ese punto coincide con la constelación Perseo", añade.

La lluvia de estrellas, por lo tanto, se activa cuando la Tierra en su órbita "se topa con la nube de materia y ésta colisiona contra la atmósfera, a gran velocidad, produciendo el fenómeno", apunta. "Las partículas penetran y se desintegran en la atmósfera dando lugar a los meteoros", indica. Si, por el contrario, algún fragmento logra sobrevivir al calor de la fricción y alcanza el suelo recibe el nombre de meteorito.

Antes de entrar en contacto con la atmósfera terrestre, estas partículas (o meteoroides), compuestas de polvo, rocas y hielo, se encuentran en el espacio "producto del paso de algún cometa", explica. "A medida que el cometa va acercándose al sol, el hielo que contiene se evapora y las partículas se desprenden creando un enjambre de meteoros que permanece en el espacio", aclara.

Las Lágrimas de San Lorenzo, por ejemplo, están asociadas al cometa Swift-Tuttle -descubierto por Lewis Swift y Horace Parnell Tuttle en 1862-. Sin embargo, afirma Millet, estas partículas no son sólo producto de los cometas. "En muchos casos, los restos se originaron en la formación del sistema solar", añade.

una noche mágica

A partir de medianoche

Nadie necesita al genio de la lámpara en noches como ésta, pues las estrellas fugaces también cumplen desde hace tiempo con este papel. Un deseo por estrella fugaz. Al parecer, en las sociedades primitivas creían que cada meteoro representaba a un recién nacido y que al caer señalaba justo el lugar donde nacía el niño. Según cruzaba el cielo pedían un deseo. Hoy se calcula que la media será de 60 meteoros por hora, pudiendo llegar hasta cien.

El fenómeno luminoso se dará con mayor intensidad a partir de la medianoche hasta las 3.00 horas. Es aconsejable alejarse del núcleo urbano. "Hay que procurar evitar la contaminación lumínica" aconseja Millet. Un buen sitio para ello es el pantano alavés de Garaio, lugar preferido por numerosos vitorianos aficionados a la astrología.

Además, para que la observación dé sus frutos es mejor no utilizar ningún instrumento óptico. "La simple vista es la mejor herramienta para verlas", añade.

Sin embargo, no todos los habitantes de la Tierra podrán vislumbrar el fenómeno con la misma facilidad, ya que el radiante de las Perseidas, la constelación Perseo, se encuentra en el hemisferio norte. "Los que vivan en esa zona de la Tierra verán con mayor facilidad este fenómeno", señala. Los del hemisferio sur, en cambio, "percibirán la lluvia con menor intensidad y observarán menos meteoros", añade.

Por otro lado, este fenómeno ocurre repetidas veces a lo largo del año. Entre las más conocidas se encuentran: las Cuadrántidas (enero), las Líridas (abril), las Perseidas, las Oriónidas (octubre), las Leónidas (noviembre) y las Gemínidas (diciembre).

Las Lágrimas de San Lorenzo no son las más potentes del año, aunque se encuentran en el puesto número tres entre las grandes lluvias. No obstante, este fenómeno estival es famoso a nivel mundial por considerarse el "más brillante", sostiene.

Millet asegura que, con el tiempo, el enjambre de meteoros es menor. "La tierra, a su paso, va quemando esta partículas y, al final, algún día todavía lejano, ese conjunto de materia desaparecerá", asevera. El fenómeno tendrá lugar hasta el próximo día 22.