vitoria. Luz verde al Plan de Gestión del Lobo, el documento que pretende equilibrar la viabilidad de la ganadería extensiva con el respeto a la biodiversidad en el territorio. Y, de paso, amansar las revueltas aguas que desde hace ya muchos meses azotan al sector primario alavés. Difícil parece que se consiga, no obstante, vista la imposibilidad de contentar a todos los actores de este proceso. Sindicatos ganaderos por un lado, con UAGA a la cabeza, grupos ecologistas por otro, las posturas en torno a la coexistencia del lobo con las cabañas ganaderas nunca han dejado de estar encontradas.
Tampoco ha sido sencilla la negociación entre los departamentos forales de Agricultura y Medio Ambiente, precursores de un plan que ayer por fin vio la luz tras su aprobación por parte del Consejo de Diputados. Así lo reconoció ayer el teniente de diputado general, Claudio Rodríguez, quien aludió tanto a las "renuncias" llevadas a cabo por las áreas de Estefanía Beltrán de Heredia y Mikel Mintegi "para conseguir avances" como a que el nuevo decreto no satisface ni a ecologistas ni a ganaderos.
El documento, por de pronto, reconoce la existencia de "un conflicto" entre el lobo y la ganadería del territorio, que tiene una repercusiones "sociales, económicas, ambientales y culturales" y "obliga" a la Administración a actuar, según detalló Rodríguez. El plan deriva de la orden foral aprobada por los dos departamentos antes citados en febrero de 2008 y articula varias medidas para hacer compatible la presencia del lobo con la conservación de los hábitats pascícolas y, por tanto, de la ganadería extensiva que los mantiene. También, manejar ambos en los diferentes ecosistemas compatibilizando su existencia.
Los ganaderos, que mantienen un boicot a las ferias del territorio desde hace más de un año en protesta por la articulación de este plan, consideran que lobo y ganadería extensiva son incompatibles, por lo que siguen abogando por nombrar Álava como zona de exclusión. Algo que no se contempla en un plan que, con todo, sí contiene una serie de medidas que buscan contentarles en la medida de lo posible. Entre otras, la Diputación plantea una serie de medidas de protección para la ganadería, como la compra de mastines y la instalación de vallados, la apertura de una línea de compensaciones económicas para sufragar los costes derivados de los ataques a los animales o la puesta en marcha de varias campañas de divulgación y sensibilización. En cuanto a las medidas de contención ya recogidas por la orden de 2008, Agricultura y Medio Ambiente autorizarán la caza controlada del animal, las esperas y recechos para controlar a la especie en determinados supuestos, el "estatus" actual. Se trata ésta de la medida que más controversia ha generado entre los ecologistas, quienes en múltiples ocasiones han acusado a ganaderos y Administración de querer "exterminar al lobo".
El plan, además, establece un comité técnico de seguimiento y una mesa de seguimiento interdepartamental con el fin de evaluar el desarrollo de la orden. Al ser de aplicación para todo el territorio histórico, el plan no recoge la zonificación, otro de los aspectos que tampoco contentaba a los ganaderos. Mikel Mintegi aportará hoy más luz sobre el Plan del Lobo ante las Juntas Generales.