Desde que aparecieron las primeras sospechas de que la Ertzaintza había permitido presuntamente la participación activa de periodistas afines al Ejecutivo de Lakua empotrados en algunas de sus operaciones antidroga hasta ahora, la bola de nieve no ha dejado de crecer. Tanto es así que incluso los grupos parlamentarios del PNV y EA interpusieron preguntas para tratar de llegar al fondo de una cuestión a la que el titular vasco de Interior, Rodolfo Ares, ha tratado, sin éxito, de restar importancia en diversas ocasiones. Por una parte, el parlamentario jeltzale Mikel Martinez suscribió una batería de preguntas para su contestación por parte del consejero y, de forma paralela, el parlamentario de Eusko Alkartasuna Jesús María Larrazabal registró otras dos iniciativas con la misma intención que su compañero de hemiciclo. De hecho, fue la presión ejercida por estos dos partidos en la cámara vasca la que obligó a Ares a matizar profundamente unas declaraciones iniciales en las que venía a negarlo todo el fondo del asunto para reconocer que, según su versión, en una ocasión, un periodista recibió el beneplácito de su departamento para asistir, de forma no participativa, en momentos puntuales de un operativo.
