vitoria. ¿Quién no ha visto alguna vez a un conductor saliendo por su propio pie del coche tras estacionar en una plaza para personas discapacitadas y colocar el ticket sobre la guantera sin sonrojarse? El fraude existe en todas partes, pero quienes sufren las consecuencias afirman que en Vitoria está creciendo de forma descontrolada. "Hay tarjetas de fallecidos que continúan en circulación, tarjetas caducadas que nadie reclama y que se siguen usando, tarjetas fotocopiadas que aprovechan los familiares... Y no existe supervisión por parte del Ayuntamiento", denunció ayer ante la Corporación municipal Venancio Iglesias, portavoz de Arene, la Asociación de Enfermos Neuromusculares de Álava.

Hay pocas estafas tan fáciles de llevar a cabo como la del uso indebido de las tarjetas de aparcamiento para discapacitados. Según explicó Iglesias, el soporte, elección del Gobierno Vasco, es tan básico que permite hacer buenas falsificaciones y, además, los datos y la fotografía del titular se sitúan en la parte trasera. Por otro lado, en lo que compete al Consistorio vitoriano, el portavoz de la asociación alertó de que "hay tantos puntos de entrega" que disminuye el control sobre los datos; un problema que se suma al hecho de que los servicios sociales de base "no suelen reclamar la tarjeta caducada cuando se lleva a cabo la renovación".

¿Qué hacer? Arene lo tiene claro: unificar en un solo departamento la petición de las tarjetas, realizar un censo de todas las personas usuarias con el mismo modelo que el aplicado para el impuesto de circulación, controlarlo anualmente, exigir en los casos de renovación la devolución del bono caducado, instar al Gobierno Vasco a aplicar las nuevas tecnologías y obligar a la Policía Local a mantener un control continuado y extricto del uso correcto de las tarjetas. "Ahora llamas porque el espacio está ocupado y no viene o pone una denuncia, pero eso no soluciona nuestro problema", matizó Iglesias.

Sus peticiones quedaron reflejadas en una moción elaborada por el PP, PNV y EA, que contó también con el apoyo de EB. La oposición criticó con dureza las deficiencias detectadas por Arene en la gestión de las tarjetas de parking para discapacitados, pero el equipo de gobierno negó que existiera una falta de control. Al contrario. "Esta moción se ha hecho desde el desconocimiento, porque están hechos todos los deberes", defendió el concejal de Intervención Social, Peio López de Munain. Según dijo, su Departamento es el único que gestiona este servicio y cuenta con una base de datos -con las concesiones, denegaciones, fallecimientos...- a la que puede acceder la Policía para cotejar la información cuando detecta un posible uso fraudulento. El edil defendió, además, que ese censo se actualiza cada seis meses de acuerdo con el padrón y, en los casos de robo de la tarjeta, se exige una declaración jurada y la pertinente denuncia para renovarla. No obstante, admitió que en ocasiones "no se reclama la caducada", por lo que insistirá a los funcionarios la necesidad de que cumplan el protocolo.

Entonces, ¿por qué los casos de picaresca siguen aumentado? López de Munain echó la culpa al Gobierno Vasco por ofrecer una tarjeta fácil de falsificar. Según dijo, en 2005 y en 2008 el Ayuntamiento remitió cartas para solicitar bonos más modernos y no fue hasta ayer cuando la Consejería de Asuntos Sociales confirmó que ha encargado un presupuesto para saber cuánto supondría la aplicación de nuevas tecnologías.