vitoria. Casualidades de la vida. El mismo día en el que habían de prenderse las hogueras de San Juan, el pirómano que hace ya tres años calcinó al menos una docena de vehículos estacionados en las calles de Vitoria fue juzgado y condenado a seis años de prisión y a indemnizar con algo más de 35.000 euros a los titulares de los coches destrozados. "Yo no tengo nada que ver con nada de eso, pero bueno", fue todo lo que declaró el imputado, A.A.B., ante la magistrada. La defensa y la acusación llegaron a un acuerdo por el cual el acusado ingresará en un plazo máximo de 15 días en la cárcel. En cuanto al pago de las indemnizaciones, A.A.B., que declaró carecer de dinero para satisfacerlas, explicó que su familia se haría cargo de las mismas.
Aunque existen sospechas de que las andanzas del condenado provocaron bastantes más destrozos de los contemplados en el proceso, a A.A.B. sólo se le juzgó por lo ocurrido en las madrugadas de los días cinco de agosto, ocho de agosto, uno de noviembre y cuatro de noviembre de 2007. Cuatro noches en las que ardieron más de una docena de vehículos, todos ellos de acuerdo al mismo modus operandi.
cuatro noches De acuerdo con el escrito de acusación presentado por la Fiscalía, que fue aceptado por la defensa a cambio de una rebaja en la pena, cuando en la madrugada del cinco de agosto de 2007 el acusado se dirigía a su domicilio de la calle Eulogio Serdán, se acercó a una Renault Scenic estacionada en esta misma vía, le aplicó un mechero encendido en la rejilla delantera de ventilación hasta que el plástico ardió y dejó que se calcinara. Acto seguido hizo exactamente lo mismo con un Fiat Stilo aparcado a escasos metros de distancia.
Tres días después, en la madrugada del día ocho, A.A.B. encendió nuevamente su mechero y quemó la rejilla de ventilación de un Opel Corsa estacionado en la calle Cruz Blanca. Poco después, ya de camino de regreso a su casa, al llegar al número 32 de la calle Aldave, repitió la operación con una Volkswagen Transporter. El fuego producido en esta furgoneta alcanzó a un Ford Fiesta que acabó destrozado. En la acera contraria, a la altura del número 21, quemó la rejilla de un Seat Ibiza que resultó siniestro total y al girar en la calle Kutxa se topó en la acera con un ciclomotor que también ardió. Las llamas afectaron a la fachada del número 3 de esta calle y a un local comercial.
El uno de noviembre de 2007 y siguiendo esta misma metodología, el acusado prendió fuego a un Seat Ibiza y a un Ford Mondeo que se hallaban estacionados en la calle Sancho el Sabio. Más tarde, en la confluencia de las calles Bruno Monreal y San Ildefonso ardieron una Peugeot Partner, una Mercedes MB y una Renault Kangoo. Finalmente, junto a su domicilio, el acusado quemó una Volkswagen Transporter.
En la madrugada del cuatro de noviembre, en la calle Mateo Múgica se vieron envueltos en llamas una Mercedes MB y un Ford Ka. Cada bloque de incendios ha supuesto un delito de daños por incendio que, en total, suman ocho años de cárcel, si bien por Ley, al tratarse de hechos continuados en el tiempo, sólo computan seis años de prisión.