madrid. Los ayuntamientos quieren combatir el denominado botellón, y para ello pedirán al Gobierno una norma estatal que regule su ingesta, tras constatar que, además de generar un problema de convivencia, tiene efectos dañinos sobre todo entre los jóvenes.
Éste es uno de los acuerdos adoptados en la última reunión de la Ejecutiva de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), que representa a los más de 8.000 ayuntamientos de España, a instancias de la Comisión de Convivencia y Seguridad Ciudadana. Y es que los representantes locales están hartos de los conflictos entre los jóvenes y los vecinos, las peleas con heridos y los accidentes, ambos directamente relacionados con la alcoholemia, y de la suciedad, los ruidos y los daños al mobiliario que producen esta forma de ocio, la más extendida actualmente entre la juventud.
El documento aprobado por la FEMP expresa la necesidad de aplicar una política educativa, social e institucional de "intransigencia" hacia el "botellón" y se muestra contrario a algunas fórmulas que supongan habilitar "botellódromos". El presidente de la Comisión de Convivencia y Seguridad Ciudadana de la FEMP, Miguel Ángel García, ha opinado que hay que "poner coto" a estas prácticas, con la persecución y castigo a aquellos que vendan alcohol a menores.