El Orgullo de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales se redefine este año para que el evento, que congrega a un millón y medio de personas en Madrid entre el 30 de junio y el 4 de julio, cause el menor impacto urbano y social en Chueca, sin renunciar a su carácter lúdico y festivo. El plan de medidas pasa por distribuir los espacios y escenarios, minimizar el impacto de las actividades y acotar los días y horarios de la celebración.