Madrid. Dos casos de violencia de género muy similares se registraron ayer por la mañana en Andalucía y Cataluña con menos de tres horas de diferencia. En ambos, los hombres mataron acuchilladas a sus parejas y acto seguido se entregaron.
El primer caso tuvo lugar a primera hora de la mañana en la localidad sevillana de Pruna. El hombre mató con un arma blanca a su pareja tras entrar en la casa de manera forzosa y poco después se entregó en el cuartel de la Guardia Civil. Según las mismas fuentes, la víctima, a la que llamaban Lupe, era G.B.M., de 41 años, vecina de Pruna, mientras que el presunto autor de su muerte es F.M.P.R., de 35 y también vecino de la localidad aunque natural de El Coronil (Sevilla). La víctima que tenía tres hijos de una relación sentimental anterior, no había presentado denuncias por malos tratos contra el presunto homicida, con el que convivía desde hace pocos meses, según informaron fuentes de la investigación. Sin embargo, el padre de la fallecida, Fernando Bermúdez señaló que su hija había ido "como mínimo tres veces al cuartel de la Guardia Civil a denunciar", aunque ahora no conste ninguna denuncia, y aseguró que el agresor llevaba acosándola varios meses. El segundo caso se registró en la localidad gerundense de Salt a las nueve y media de la mañana. El hombre, Hassan El A., de 53 años y de origen marroquí, asestó hasta cinco puñaladas a su mujer, también marroquí, en una calle en pleno centro de la localidad. La mujer, Farida B., de 46 años, se encontraba aún con vida cuando una patrulla de la policía local llegó al lugar donde se produjo la agresión, aunque falleció poco después en el hospital. El agresor se ha entregado en la comisaría de la Policía Local de Salt tras el crimen, que fue premeditado ya que llevaba su confesión por escrito. El hombre había escrito tres cartas, una para su hija, otra para la policía y una tercera para la escuela a donde asisten sus hijos. Fuentes municipales señalaron que el agresor, sin antecedentes penales, había denunciado recientemente a la víctima porque se había marchado de la vivienda familiar y aunque no había denuncias por violencia de género aunque la víctima estaba realizando los trámites para pedir el divorcio.