La central nuclear de Santa María de Garoña, ubicada en el burgalés Valle de Tobalina, se ejercita cada poco tiempo para saber reaccionar ante posibles contingencias. Así, la pasada semana, la instalación atómica, cuyo fin está previsto para 2013, llevó a cabo un simulacro de emergencia ante un supuesto incendio que afectó a las turbinas y al reactor, y que supuso, en la práctica propuesta, un escape radiactivo. Según informó el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), el ejercicio fue tan real que notificó al CSN pla existencia de un incendio de duración superior a diez minutos, que afectó al edificio de turbinas, provocando la parada de la turbina y del reactor sin que pudieran insertarse todas las barras de control. Durante el simulacro, el CSN recomendó la activación del Plan de Emergencia en el nivel 3, que supuso para las poblaciones situadas en un entorno de 10 kilómetros respecto a la central, que incluye Álava, el reparto de profilaxis y el confinamiento de la población en sus domicilios, preparada para una posible evacuación. Además, se simuló la emisión al exterior de material radiactivo debido a la apertura de la contención.
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