Vitoria. El Gobierno Vasco ha logrado desatascar su política de expansión de la energía eólica en Euskadi mediante un gran pacto con Eudel y las diputaciones guipuzcoana y vizcaína del que sólo Álava se ha desmarcado al entender que es "la gran agredida" por el acuerdo, según explicó ayer el diputado de Medio Ambiente de este territorio, Mikel Mintegi.

El pacto eólico presentado en el Parlamento Vasco por el consejero de Industria, Innovación, Comercio y Turismo, Bernabé Unda, reactiva el Plan Territorial Sectorial vigente, cuya suspensión pidió el Parlamento Vasco el pasado mes de junio hasta que se dirimiera la viabilidad ambiental de cada uno de los proyectos.

A partir de ahora, catorce de esos parques eólicos previstos seguirán adelante con su tramitación, que incluye la evaluación de impacto ambiental, mientras que quedan excluidos, aunque sólo de momento, los que entran en zonas protegidas por la Red Natura 2000; los alaveses de Arkamo, Cruz de Alda y Montes de Iturrieta; y Gazume, en Gipuzkoa.

Ahí está la clave del rechazo alavés al acuerdo. Desde la institución foral se recordaba ayer que la proposición aprobada en junio por el Parlamento instaba al Gobierno Vasco a establecer en el nuevo PTS de la energía eólica todas las normativas de protección ambiental aprobadas desde mayo de 2002, cuando entró en vigor el actual Plan Territorial Sectorial. La cuestión es que el pacto presentado ayer somete a esa normativa a este último documento, y no al que le sustituirá, de ahí que la protección sobre los espacios incluidos en la Red Natura 2000 tenga la misma vigencia que un PTS al borde ya de la obsolescencia.

El pacto eólico, de hecho, afirma que "la Red Natura 2000 debe hacer compatible la conservación de hábitats y especies con el uso inteligente de los recursos naturales", y emplaza al nuevo PTS a evaluar la idoneidad de estos emplazamientos para albergar aerogeneradores, pese a que "aplicando el principio de precaución" declara "la no oportunidad" de entrar por ahora en estos espacios naturales protegidos.

Ayer Mikel Mintegi insistía en el Parlamento en este punto, con un visible enfado. "En la Red Natura 2000 no se puede construir nada", protestó el diputado alavés de Medio Ambiente, quien aseguró sentirse respaldado en su decisión por el diputado general de la provincia, Xabier Agirre, tras haber tratado con él la cuestión.

El Gobierno Vasco, por su parte, recuerda en el texto del propio pacto que suyas son las competencias para evaluar el impacto ambiental de los diferentes proyectos que se plantean en Euskadi, y que "tiene la voluntad de ejercitarlas" con el fin hacer los deberes de cara a 2020. Ese año, el 20% del suministro energético de los estados miembros de la Unión Europea deberá provenir de fuentes de energía renovables.

En todo caso, los proyectos de Arkamo, Cruz de Alda, Iturrieta y Gazume continuarán paralizados por el momento. Se trata de emplazamientos que destacan por contar con poblaciones de águila real, halcones peregrinos, buitres leonados, quebrantahuesos, robledales ibéricos, brezales o bosques de boj, de un gran valor natural.

Estos Lugares de Interés Comunitario (LIC), incluidos en la Red Natura 2000 a propuesta del propio Gobierno Vasco, se encuentran ahora en plena tramitación para convertirse en Zonas de Especial Conservación (ZEC).

no a kolometa y ordunte Sí seguirán adelante los dos grandes parques de Ganekogorta, en Bizkaia; y Mandoegi, en Gipuzkoa, más una docena de miniparques, la mitad de ellos en territorio alavés. Se trata de las futuras instalaciones, si pasan la evaluación de impacto ambiental, de Elciego, Baños de Ebro, Campeador, Canto Blanco, Motxoegi y Zanpazu, a las que hay que sumar las ubicaciones vizcaínas de Jesuri, Jata, Dique de Zierbena, Sollube, La Aceña y Galdames. El parque de Ordunte ha sido desestimado tras no superar la declaración de impacto ambiental, y Kolometa, en la muga entre Bizkaia y Álava, ha sido descartado por entrar en terrenos del Parque Natural del Gorbea.

Una de las claves del amplio consenso suscitado por Industria para sacar adelante el pacto eólico está en el papel que jugarán los ayuntamientos en la explotación de la energía eólica. Las entidades locales participarán en los parques tanto desde el punto de vista jurídico como desde el económico, en una apuesta por la energía renovable "con más presente y más inmediato futuro", según se explica en el pacto interinstitucional.