Vitoria. Aunque parezca mentira, siete vitorianos con diferentes trabajos e incluso miembros de cuatro sociedades distintas de la capital alavesa -Zaldibartxo, Irrintzi, Casino Artista Vitoriano y Lantzale- tienen algo en común: todos ellos dicen sí a la txapela, con el fin de evitar su desaparición. Kepa Fernández de Retana, José Manuel Otero Korta, Ángel Sáez, Iñaki Herrera, Fernando Calvo, José Julio Arregi y José Ignacio González son los creadores de la iniciativa sin ánimo de lucro TxaBai, que pretende recuperar el uso de esta típica prenda vasca. Una idea que por el momento ya han respaldado más de un centenar de gasteiztarras. "Casi al 100% de las personas con las que hablamos les gusta que la txapela no quede relegada como complemento de vestido", comenta Kepa.

A pesar de que hay cuatro formas diferentes de colocarse esta prenda: los alaveses la prefieren "torcida", los vizcaínos "más en punta", los guipuzcoanos "a la izquierda" y los franceses "hacia atrás". Los siete miembros fundacionales de TxaBai coinciden en señalar que su uso se extingue. "Hasta mediados de los años 50 era masiva, una época en la que incluso en los uniformes del colegio se llevaba. Fernando y yo así lo hacíamos cuando éramos estudiantes. Las niñas, como las del colegio Ursulinas, también se la ponían", recuerda Korta. No entienden que la prenda ha quedado arrinconada en los cajones. Ante todo, insisten en que es elegante. "Hasta se llevaba en eventos oficiales, como bodas y bautizos", añade este integrante.

otros sombreros Ahora, en cambio, el panorama es muy diferente. En las cabezas de los vascos predominan otros sombreros. Una situación que los siete miembros fundacionales califican de preocupante. "Únicamente se utiliza de trofeo para los pelotaris o bertsolaris", critican. De hecho, el mismo término "ganador", en euskera (txapeldun) significa "el que tiene la txapela".

El precio de la boina vasca tampoco es un impedimento para abrigar las cabezas. "Hay de tres clases, pero la más popular cuesta diez euros". Hartos de esta situación, el 26 de enero de 2009 se reunieron por primera vez en Zaldibartxo donde trazaron los primeros pasos a seguir. "Tratamos el posible interés que iba a tener la iniciativa y también creamos el nombre". Y es que, la iniciativa TxaBai es formal. "Está registrada como marca", matiza José Julio Arregi, encargado del diseño del logotipo.

Entre sus objetivos está el deseo de vérsela puesta entre la gente joven. "Salvo los blusas, sólo la gente de 40 años para arriba la lleva. Por eso, la queremos modernizar con otro tipo de tejidos para que se popularice". La variedad de colores da cuenta de ello. "Para las mujeres hay txapelas rojas, verdes, azules, moradas y blancas", matiza Ángel.

Además de querer llegar a todo tipo de públicos, pretenden aumentar la estacionalidad de este producto. "Estudiamos incluir telas más suaves y ligeras para que también se pueda llevar en verano, como otro complemento más".

Esta cuadrilla, tras tener bien clara la misión, ha decidido pasar a la acción. "En Boinas Elósegui comentamos la idea para incluir el logo en la txapela para que fuese exclusiva, en señal de apoyo al movimiento". Después de esta visita contactaron con Nonbait, un comercio vitoriano especializado en la venta de productos autóctonos. "El objetivo era tener en la ciudad un punto de venta, de las txapelas que incluyen el logo", aclaran.

A partir de ese momento, sólo quedaba dar a conocer el movimiento entre los vitorianos. "Hemos creado unas fichas que estamos repartiendo en distintas tiendas y bares para que quienes quieran apoyar esta causa nos dejen sus datos y les podamos informar", explica José Ignacio. Para abrir esta propuesta al mundo también han creado una página web. "Está en construcción, pero la idea es que, además de la información, aparezcan fotos y un buzón de sugerencias", comenta José Julio.

De las reuniones que hacen, como mínimo una vez al mes, también han surgido otras reflexiones que ayuden a salvar la boina vasca. "Podríamos ir por las calles interpretando canciones alavesas perdidas, como La Paloma, o salir en fiestas como en Santa Águeda para recaudar fondos".

Aunque ellos no son sólo los únicos que pueden ayudar a salvarla. Creen que si personajes populares se la ponen, mucha más gente se animaría. "Nos gustaría que famosos del deporte o de la gastronomía, como Arguiñano, incorporen la txapela", detallan por si alguna celebridad se da por aludida.