Vitoria. La central nuclear de Santa María de Garoña, instalación ubicada en el burgalés Valle de Tobalina, a escasos kilómetros de la muga alavesa, se vio ayer obligada a realizar una nueva parada por motivos de seguridad. En principio, y según fuentes ecologistas, el parón devino tras constatarse la existencia de un fallo prolongado de una válvula del pozo seco del circuito primario. La fuga de agua radiactiva del circuito primario fue imposible contener, según los mismos portavoces. Por su parte, la empresa Nuclenor, propietaria del recinto atómico, conocido como el de las mil grietas, informó el lunes de que se trataba de una parada programada con el objeto de reparar una válvula auxiliar.

Varias organizaciones ecologistas, entre las que se encuentran Eguzki y Ecologistas en Acción pusieron ayer el grito en el cielo tras tener conocimiento de un incidente que la gestora de la instalación negó en todo momento. En cualquier caso, los citados grupos ambientalistas solicitaron al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), órgano encargado de ordenar el sector nuclear en el Estado, que dé información detallada sobre la fuga, el volumen de la misma y desde cuándo ésta se viene produciendo.

En ese sentido, Eguzki advirtió de que el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) no ha emitido ninguna nota de prensa al respecto ni ha publicado información alguna en su página web. "El fallo es importante ya que se trata de una fuga de agua radiactiva del circuito primario y no se trata de una simple parada de mantenimiento como tratan de aparentar desde Nuclenor", indicaron.

Al respecto, Ecologistas en Acción explica que la avería se encuentra localizada en una válvula de drenaje del circuito de refrigeración de la central que permite extraer el calor y evitar accidentes. La rotura, a su juicio, impide que la válvula se cierre y provoca que el circuito esté vertiendo agua de forma permanente al río Ebro.

Greenpeace recordó el "lamentable" estado de seguridad de la central nuclear y se quejó de que en julio de 2009 el Gobierno ordenara su cierre definitivo en 2013, en lugar de haber ordenado el cese de su funcionamiento de forma inmediata.

Versión de la empresa Pese al volumen de críticas vertido ante la hipotética avería, Nuclenor anunció ya que la central se iba a desacoplar temporalmente ayer de la red eléctrica en una parada programada para reparar una válvula auxiliar dentro de las labores de mantenimiento. Dicha válvula, según las explicaciones ofrecidas por la empresa, se encuentra en el interior de la contención primaria, área no accesible con el reactor en funcionamiento, por lo que la operación requiere llevar la planta a parada.

Según Nuclenor, en todo momento, tanto el Consejo de Seguridad Nuclear como los organismos competentes han sido informados de los trabajos a llevar a cabo durante la parada. La planta de Santa María de Garoña llevaba funcionando 289 días de forma ininterrumpida, de acuerdo con la información facilitada por la empresa.

En cualquier caso, la central nuclear de Garoña cesará en su actividad el 5 de julio de 2013 sin posibilidad de nuevas prórrogas. De momento, hasta su cierre dentro de tres años, Nuclenor invertirá 50 millones de euros en mejoras en la central hasta el cierre definitivo. En línea paralela, el Consejo de Ministros aprobó el plan de dinamización económica y medidas para el empleo en el área de influencia de la central nuclear, que se extenderá de 2010 a 2013 y que supondrá una inversión directa de 900 millones de euros. El plan pretende abrir nuevos espacios de oportunidad y empleo en la zona, a partir de la diversificación de las fuentes de riqueza para hacerlas estables y sostenibles para el futuro. Su ámbito territorial es el determinado como área de influencia por el Plan Básico de Emergencias Nucleares y comprende 78 municipios con 97.214 habitantes, distribuidos en tres comunidades autónomas: Castilla y León (Burgos), donde se ubica la mayor parte de localidades, La Rioja y Álava y Bizkaia.