Vitoria. "La CAV es la segunda Comunidad que mejor retribuye a sus médicos", resalta Esteban Ruiz Álvarez, director de Recursos Humanos de Osakidetza. Y sin embargo, aunque no alarma, sí hay preocupación por si en un futuro a medio-largo plazo habrá suficientes facultativos para cubrir nuestras necesidades de atención sanitaria. La solución no es unívoca porque el tema es sumamente poliédrico.

En buena lógica, el primer remedio contra una hipotética falta de suficientes médicos sería aumentar el número de aspirantes, pero la realidad de la última década es que nuestras facultades tienen unos números clausus bastante restringidos, donde la nota de corte está siempre por encima de un 8, un requerimiento más que selectivo. "Tampoco es que fuera ésta únicamente la solución, porque a este aumento hubiera de corresponderle posteriormente una mayor oferta de plazas MIR y en estos momentos este cupo está prácticamente a tope".

La realidad es que en Osakidetza la media de la plantilla de facultativos ronda los 50 años, "tal vez se haya reducido ligeramente por las últimas OPEs". A la vista de esta media no faltan quienes hablan de situación alarmante: ¡faltan médicos! nos dicen. "No se puede, en absoluto, sustentar que faltan plazas de facultativos en general. En realidad, en lo que hay más precariedad es en pediatras, urólogos y especialistas en aparatos digestivo; y, por supuesto, la siempre difícil situación de los médicos de atención primaria, problema en parte derivado del acuerdo sobre la Tarjeta Individual Sanitaria (TIS) de las 1.500 asignadas a cada médico, por lo que andamos bastante justos en las sustituciones, bajas y liberaciones", aclara el director de Recursos Humanos.

La plantilla En la actual plantilla de Osakidetza trabajan 6.000 facultativos con plaza, a los que se deben sumar unos 1.000 médicos contratados con plaza a consolidar. "En este colectivo, aparte de las citadas necesidades concretas de algunas especialidades, sí debe destacarse que hay un bloque muy importante de facultativos entre 50 y 60 años que son los que dentro de diez años estarán en situación de jubilación, aproximadamente un 60% del total. Aunque podrían hacerlo a los 65 años, el 80% de ellos parecen estar en expectativa de hacerlo a los 70. Si estas jubilaciones se van escalonando entre este sector de población médica, parte del impacto se irá autorregulando; la falta de médicos de cabecera y especialistas se agravará en las zonas rurales", concreta.

En la CAV, tras el acuerdo logrado en la anterior legislatura, los médicos están bien retribuidos, pero es casi imposible aumentar las plazas MIR, por lo que otra vía sería atraer médicos de otras comunidades. "En este aspecto, la atracción es complicada, porque el déficit de médicos es estructural en el Estado e incluso me atrevería a decir que en Europa, por lo que a veces se recurre de manera puntual a sudamericanos, pero ésta no puede ser la solución. De hecho, y sólo de forma puntual, no es relevante en el cómputo global. En Osakidetza hay muy pocos y los que están son latinoamericanos que vinieron hace ya tiempo y se integraron sobre todo en traumatología, anestesistas o en la red privada".

"La otra vía que ya inició el anterior Departamento, fue ofertar más empleo en condiciones de estabilidad; en el acuerdo de la mesa general se ha tratado de consolidar estas plazas, unas 1.000, pero de éstas, sólo un 40% serán para facultativos de hospitales y/o médicos de cabecera", apunta Esteban Ruiz.

dos opes Todos pensamos en más OPEs, pero en esta legislatura no hay capacidad más que para otras dos, donde se ofertarán un total de 3.990 plazas, de las que 1.100 serán a consolidar para quienes ya están en una, 1.200 de nueva creación y el resto para cubrir jubilaciones, fallecimientos y también peticiones de reducción de jornada y liberaciones; no se sabe aún cuando serán esas OPEs, aunque prevemos hacer la primera a fines de este mismo año", señala Esteban Ruiz Álvarez.

Formación, oferta MIR, OPE y atracción hacia esta comunidad. Según los últimos datos, el 40% de los que se han presentado al examen MIR eran extranjeros. ¿Cómo atraer a los que obtienen plaza a la CAV? No son pocos los que quieren ver en la euskaldunización un obstáculo insalvable. "En absoluto, el Plan hace tiempo que está muy bien organizado. Es lógico que en pediatría y en atención primaria, los médicos tengan que ser capaces de atender la demanda que les llega en un idioma o en el otro. En el campo de los especialistas, el tema es más lento y se está teniendo más cuidado, por lo cual en el baremo estamos siendo más exquisitos: el euskera es parte de nuestra realidad social, otra cosa es que haya más o menos dificultad en conceder liberaciones para aprenderlo, porque se necesitan periodos largos de sustitución", recalca ante acusadores hacia el idioma de lo que éste no tiene culpa.

En todo caso, Esteban Ruiz agradece la paz social que se vive ahora en Osakidetza tras el acuerdo alcanzado con Inclán con los sindicatos, porque está permitiendo observar la realidad con mesura para encararla con opciones de solucionarla. "El panorama será complicado a medio largo plazo, porque aparte de los médicos también está la escasez de enfermeras, que a su vez se ve complicado con problemas de titulación y convalidaciones".

en atención primaria Los retos a los que se enfrenta la Administración sanitaria y su gestión los expone claramente el director de Recursos Humanos, pero no pasa por alto que en nuestra sociedad hay unos hábitos en los que también habría que incidir. Concretamente, en el área de médicos de atención primaria no es un dato baladí el que seamos el país donde más actos médicos se realizan, alrededor de ocho visitas por año por persona al médico de cabecera, una media altísima, más del doble de los países europeos.

Esto hace que satisfacer esta demanda sea un aspecto bastante más gravoso que, tal vez, se pueda paliar con la incorporación de más plazas a la plantilla, pero donde también deben entrar otros planes de actuación. "Estos planes de mejor gestión de los nuevos servicios, de una adscripción más eficaz del personal, se debe conectar con los nuevos planes que ha propuesto el consejero para atención a los crónicos.

Las pluripatologías son cada vez más abundantes en nuestros mayores y en esta propuesta que hace Rafael Bengoa se incide en el hecho de que se les atienda en sus propios domicilios, lo cual supone una derivación que reducirá el número de médicos en la asistencia ambulatoria, que tendrá como consecuencia, por ejemplo, que en algunas comarcas no se llegue a las 1.500 TIS por facultativo. Mi valoración es que la iniciativa del consejero es ambiciosa, pero de gestión bastante complicada", subraya Esteban Ruiz.

Por su parte el Sindicato Médico de Euskadi (SME), aún valorando positivamente la última OPE que consiguió aliviar parte de la carencia de profesionales, detecta que sigue habiendo problemas para cubrir vacaciones, bajas y liberaciones. Están convencidos que con una serie de medidas "de bajo coste" se podría mejorar la asistencia sanitaria básica, que es donde trabajan de dos o tres de cada diez empleados de Osakidetza. La central echa de menos medidas concretas, no sólo en el aumento de plantilla, sino en la gestión de las mismas, teniendo en cuenta el inmenso volumen de visitas que se atienden, más de once millones de pacientes acudieron el año pasado a consulta al médico de cabecera.

carga laboral Mucho más dura es la realidad para Felipe Díez, responsable de la Unión de Médicos de Atención Primaria de Euskadi (UMAP), para quien la gripe A ha sido una auténtica añagaza para justificar el retraso en la puesta en marcha de nuevas estrategias de personal. Este facultativo acusa al departamento de Bengoa, de estar abocándoles a una situación límite si no se ataja la falta actual de estrategia sobre la falta de personal; "las jubilaciones, las bajas y los médicos que se van a otras comunidades nos están dirigiendo hacia un gravísimo problema, especialmente en médicos de familia porque, entre otras cosas, tampoco se están ateniendo las reclamaciones de enfermería, por lo que actuaciones que podrían hacer las enfermeras, e incluso personal administrativo, las atendemos que cubrir los médicos con una carga laboral en muchos casos inviable", sentencia Díez.

Sobre la mesa parecen estar claros los problemas: media de edad muy elevada, jubilaciones masivas a diez años vista, dificultades para aumentar los MIR y ofertar más plazas en las facultades de medicina, evitar la marcha a otros países de los médicos, atraer a buenos especialistas o lograr euskaldunizar el sistema sin menoscabar el nivel de prestaciones. Todo ello aglutinado con una mejora continua en el servicio universal de salud al usuario, que a su vez debe ensamblarse con los propios derechos de los trabajadores sanitarios. Más complicadas resultarán ser las estratégicas que se adopten; y aquí es donde los sindicatos mantienen serias discrepancias con la Administración.

Sabiendo que los medios económicos, humanos y técnicos disponibles son los que son y pareciéndoles muy bien que los planes de atención a los crónicos se aireen, piden que luego en la realidad cotidiana se haga algo más "de lo poco que se está haciendo". Por ejemplo, que se delegue más en administrativos o enfermería la gestión de las recetas de tratamientos prolongados y de bajas, que se entre a valorar el exceso de pacientes en consulta, que se revisen algunos protocolos excesivamente esclerotizados, que en general, todos los sindicatos y colegios estiman que están mal gestionados y distribuidos según los actuales medios personales disponibles, médicos especialmente. Todo ello con un horizonte de solvencia asistencial sanitaria sostenida y de calidad.