Vitoria. Los cotos de caza respiraron ayer un poco más tranquilos. Y es que las Juntas Generales les dieron una bocanada de aire fresco al aprobar -por iniciativa del PSE y con sólo la abstención del Grupo Mixto y la negativa de EB- un aumento de 40.000 euros para la partida del proyecto de Presupuestos inicialmente contemplada en el Departamento de Agricultura para la Asociación de Cotos de Caza (ACCA). Ésta aglutina un total de 123 cotos de caza, con una extensión total de 215.903 hectáreas de superficie, y más de 5.000 cazadores asociados.

Una subida que supone alcanzar la cifra total de 415.000 euros para todo el próximo ejercicio y que le valdrá para hacer frente a dos de sus principales caballos de batalla: los guardas y los seguros.

El primer servicio -que cuenta con un servicio de vigilancia formado por 10 guardas titulados y equipados- se había visto amenazado este último año debido precisamente a la concentración de fondos que habían absorbido los seguros desde que la legislación existente relativas a sucesos de tráfico cambiara. Y es que lo cierto es que la última sentencia que les obliga a hacerse responsables de las consecuencias originadas por los accidentes de tráfico que provoquen todos los animales, protegido o susceptibles de ser cazados, que permanezcan en sus cotos ha hundido su economía y ha hecho temblar seriamente su futuro. Hasta mayo del año pasado, si un coto disponía de aprovechamiento cinegético de una especie los cazadores podían darle caza dentro de sus límites, sus arrendatarios o titulares eran responsables del daño. En caso de que no se pudiera cazar, la Diputación corría con los gastos.

Según los últimos datos, las reservas de caza han hecho frente este año a más de medio centenar de siniestros, incluyendo dos de especies no cazables. En 2008 se contaron 199 accidentes que supusieron 118.502 euros sin contar el pago de 500 euros de franquicia, lo que aún hace temer a ACCA, en parte, por su futuro.