El Metro de Barcelona puso ayer en funcionamiento el primer tramo de la Línea 9, la primera en España cuyos trenes no tendrán conductor, y que cuando esté acabada, en 2014, se convertirá en la más larga de Europa con 47,8 kilómetros. Los trenes de la L9 están controlados y programados desde un centro de mando, un modo de conducción automática pionero en España que ya se utiliza en otras ciudades como París, Dubai y Singapur. Los andenes tienen mamparas con puertas en el umbral de la zona de vías que incorpora un sistema coordinado con las puertas de los trenes, para que se abran y se cierren a la vez. La L9 será la primera línea con ascensores inteligentes, coordinado con las salidas y llegadas de los convoyes.
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