Vitoria. El Parlamento Vasco vivió ayer uno de esos episodios que cada cierto tiempo ponen de manifiesto hasta qué punto los representantes de los ciudadanos cuentan con un poder efectivo a título personal. Dos parlamentarios del PSE se equivocaron al votar en una proposición sobre la prisión de Zabaia y rompieron la ajustada mayoría que mantienen socialistas y populares, de tal suerte que la Cámara pidió al Gobierno español que paralice las obras en la macrocárcel de Iruña de Oca.

El error no pasa de la mera anécdota, por cuanto la decisión sobre los trabajos, bastante avanzados por cierto, corresponde al Ejecutivo central, por mucho que otras administraciones le pidan su cese. En todo caso, la posición del PP y el PSE en este tema pasa por mantener el contencioso en los tribunales, donde actualmente se encuentra estancado. El Tribunal Supremo rechazó paralizar las obras, que evitaron el estudio de impacto ambiental por ser de interés general, y actualmente se espera una sentencia definitiva.

La iniciativa original que motivó la petición de cese de las obras partió de EA, que pactó una enmienda transaccional con el PNV en favor de la paralización de los trabajos en la que todos los parlamentarios respetaron el voto ordenado por sus grupos. Fue la enmienda de totalidad de UPyD la aprobada por error, un texto que apostaba por "realizar un estudio de impacto ambiental que permita analizar en condiciones las medidas paliativas o compensatorias del daño ambiental que una obra de tal magnitud inevitablemente va a causar, sin la presión de los hechos consumados".

La propuesta de Gorka Maneiro salió adelante por un ajustado resultado de 37 votos a favor por 36 en contra. Los dos sufragios de UPyD y EB, más los cuatro de Aralar y los 30 del PNV no bastaban para aprobar la resolución, pero el voto favorable de un parlamentario del PSE cambió las tornas. Además, otro representante socialista se abstuvo, al igual que hizo Eusko Alkartasuna, por lo que finalmente la propuesta de UPyD salió adelante.