vitoria. ¿Cómo se hace accesible una página web?
Es difícil. Nosotros nos centramos en buscar estándares y principios comunes que se entiendan y que se puedan aplicar para que las webs sean accesibles. Dejamos lo demás para los ingenieros de cada software. Si se siguen esas guías, será más fácil que los usuarios discapacitados apliquen en ellas las herramientas de las que disponen para interactuar con la web.
¿Cuáles son las guías?
Por un lado hay que diseñar los contenidos con una estructura y forma que se pueda transformar con esas herramientas que tienen las personas con discapacidad, para lo que trabajamos con la asociación de personas con discapacidad de América, aunque las compañías luego pueden tener otras herramientas y concretar esas guías.
¿Primero se crea la página web y luego se adapta?
Sí, siguiendo esos estándares. Nosotros marcamos los parámetros para que si los diseñadores los siguen esas herramientas puedan transformar el contenido.
¿Cómo se transforma el contenido de una página para un usuario ciego, por ejemplo?
Las guías dicen que se necesita que la página web tenga un sistema automático, una estructura que clasifique los contenidos de la página. Eso permite que lo que se ve como un titular en la página, siga siendo recibido como un titular por el usuario ciego con una herramienta que ponga voz al texto de la página. Esa herramienta que ya existe se llama a screenreader, convierte el texto de la pantalla en voz y le permite manejar el navegador.
¿La comunicación se hace con voz en los dos sentidos?
No, el usuario utiliza el teclado y el ordenador habla.
¿Esto es real? ¿Hay usuarios que lo utilizan?
Sí. Toda la tecnología está ahí. Y muchas webs son ya accesibles, en torno al 20 ó 30% del total son accesibles. Si no hay más normalmente no es porque los diseñadores de las webs no quieran hacerlas accesibles, sino que es más por presiones comerciales, porque se necesita tiempo y dinero para seguir esas guías. Y porque las guías están escritas de forma que quienes las han escrito las entienden, pero los diseñadores, a veces, no. Es una cuestión educativa, hay que hacerlas más entendibles.
Sería más fácil que las conocieran de antemano antes de crear la web.
Pero no es tan simple definir unos estándares. Aunque sí resulta más fácil tener en mente los principios básicos, que la página sea clara, navegable y práctica.
¿También es una realidad por parte de los usuarios?
Sí, las personas ciegas utilizan mucho la web. Es la forma principal que tienen para leer periódicos, hacer la compra... Todo eso lo pueden hacer online ahora, porque todo lo que hay en la pantalla lo pueden recibir en forma de voz.
¿Ganan autonomía?
Sí, en la mayoría de las tiendas un comprador ciego necesita que un trabajador le ayude. Con Internet no, gana autonomía, que es de lo que se trata.
¿La accesibilidad de las web se centra sólo en personas ciegas?
No, para muchas personas sordas también hay que traducir el texto ordinario al lenguaje de signos, y eso a veces es complicado. Y para personas con otro tipo de discapacidad. Incluso para mayores, que normalmente tienen un poco de cada cosa: no ven bien, no oyen bien. Se trata de hacer que las webs sean lo suficientemente claras para que ellos las puedan usar, para que puedan acceder a ellas.