En momentos de crisis, las necesidades sociales aumentan, pero las instituciones presentan presupuestos que dicen que no dan para más. ¿Qué pasará con los pisos de presos que tantos problemas de financiación tenían ya?

Lo social está en un momento crítico. Ni el Ayuntamiento, ni el Gobierno Vasco, ni la Diputación están asumiendo que la crisis tiene una repercusión en un grupo de ciudadanos cada vez más importante. No se puede esperar a que se desarrolle la Ley de Servicios Sociales que se hizo en 2008 para responder a una crisis que es actual. Cada uno está a lo suyo, a salvar sus programas y con una política de recorte en lo social que va a tener repercusiones en todas las áreas de asistencias social y de servicios sociales. Este recorte va a ser generalizado este año y el próximo será más duro. Por mucho que digan nuestros políticos que el gasto social se sostiene. Mantener el gasto social en este momento de crisis tan dura es dejar de atender a muchísima gente. Lo que tienen que hacer es aumentar muchísimo más. Eso para los pisos de presos y para todo lo demás.

¿Cómo afectará a la Comisión Antisida esta situación? ¿Se podrán mantener los servicios?

Las organizaciones tendremos que adaptarnos a esta realidad y abrir nuevas puertas. La realidad es muy complicada ahora mismo, pero con tómbolas podemos hacer poco. Este año no se han podido mantener las mismas prestaciones que el año pasado. Lo siguiente va a ser recortes de personal, y lo siguiente, cerrar programas. Estoy preocupado y lo he dicho en diversos foros. Ahora tenemos menos repercusión porque cuando hay ERE y momentos de crisis, la receptividad en la calle es muy difícil. Cuando las cosas vienen mal para todos hablar de alcohólicos, drogadictos y prostitutas no vende mucho. Con lo cual, difícil papel tenemos.

¿Cómo ve la situación del sida en 10 años?

Va ser una enfermedad crónica pero tenemos tratamientos muy potentes. De hecho, mucha gente está tomando una pastilla única. Pero el VIH no va a desaparecer de nuestras vidas ya nunca jamás. Dentro de una década se va a mantener que la realidad de los afectados dependerá de dónde vivan. Por ejemplo, estoy seguro de que no va a haber vacuna en 10 años. Tenemos ya una vacuna que es el acceso universal a los tratamientos y ahí es donde hay que centrarse.

¿Qué esperanza hay para los niños seropositivos? En el Tercer Mundo están prácticamente abandonados a su suerte...

Pues la misma que los niños en esos países. Peor porque tienen una enfermedad. De aquí a 10 años, creo que lo van a tener igual de mal que ahora.

Un deseo para el nuevo año.

Que las infecciones en Álava sean menores que en 2008. Bajar de los 39 nuevos casos. Con eso me conformo.

Una reivindicación.

Los políticos tienen que tener en su agenda no sólo las cifras macroeconómicas, sino la realidad de la gente de la calle y de los que lo están pasando mal. Que Ayuntamiento, Diputación y Gobierno Vasco hablen de la realidad de hoy y de mañana. Que no hagan grandes macroproyectos, que también traten de la realidad cotidiana de los que en 2009 y 2010 lo están pasando mal.

Un objetivo.

Nosotros como asociación estamos en análisis. Nos encontramos haciendo un plan estratégico. Estos momentos de crisis también valen para pararse para ver los valores positivos que tienes y las cosas malas que debes mejorar. No podemos tener los mismos objetivos de hace 20 años, hay que tener una perspectiva de futuro. Es el momento de plantearse nuevas estrategias ante la crisis de lo social.

¿Se arrepiente de algo?

Muchas veces no sabes si estás haciendo bien o mal. En ocasiones me arrepiento de no ser más de trincheras, de reivindicación y pancarta. Durante mucho tiempo hemos moderado el discurso pero igual necesitamos volver a la calle porque lo de los despachos y las buenas palabras últimamente ya me está empezando a pesar.

¿Ha quedado algo pendiente?

Mucho. Tenemos cantidad de proyectos que no hemos podido poner en marcha los últimos tiempos. Hay ideas y capacidad de trabajar, así que se pueden hacer un montón de cosas.