LOS laboratorios del CIEA esconden una actividad apasionante en su interior. Al menos eso se desprende de una charla con Marian Martínez de Pancorbo, directora del Banco de ADN, que ocupará uno de los espacios de este moderno centro de investigación que fue inaugurado ayer. Se trata de uno de los cinco servicios generales que pondrá el centro a disposición de las empresas; los denominados SGIKER.
A partir de la próxima semana, un total de 20 científicos se pondrán manos a la obra en este banco, que tendrá una relación muy estrecha con el resto de los grupos de investigación. "Nos encargamos de coleccionar muestras de ADN de pacientes sanos, enfermos y longevos, de forma que si alguien quiere investigar sobre el Parkinson o Alzheimer, por ejemplo, nosotros le proporcionamos las muestras sin que tenga que esperar tanto tiempo", explica.
Sin embargo, entre sus clientes no están sólo los equipos de investigadores. El banco también facilitará pruebas de ADN a particulares que lo soliciten, por ejemplo, para demostrar una paternidad. "Es más económico que en otros sitios, además, los documentos que emitimos cuentan con un reconocimiento internacional", añade. También, al más puro estilo CSI, trabajarán en estrecha colaboración con los juzgados cuando éstos necesiten una prueba forense para el esclarecimiento de una muerte.
salud
Estudio de la depresión
El grupo que dirige Joan Sallés, ex vicerrector del campus de Álava, no abordará temas propios de una novela negra, pero tampoco andará lejos. Su actividad consistirá en analizar cerebros post mortem de suicidas para detectar cambios que puedan estar relacionados con el desarrollo de una enfermedad mental tan grave como es la depresión. Sallés no podía ocultar ayer su felicidad por la definitiva puesta en marcha del CIEA, así como por la labor que le va a tocar desempeñar al frente del grupo de investigación de Neurofarmacología celular y molecular. "Tenemos un banco de cerebros humanos magnífico", destacó.
nutrición
Prevenir la obesidad
El equipo de Mª Puy Portillo, por su parte, se centrará en el estudio de una de las patologías "que más preocupa hoy en día", tal y como recuerda ella misma, como es la obesidad. En concreto, trabajarán con los llamados elementos funcionales, que son aquellos que aportan beneficios para la salud, "como un preparado lácteo con Omega 3, por ejemplo", con el fin de establecer cuáles pueden ser interesantes para prevenir el desarrollo de la obesidad. Para ello, primero se extraerán muestras de animales que luego pasarán a analizarse en los laboratorios del centro de investigación. "Trataremos de averiguar qué tipo de población se puede ver beneficiada con estos alimentos", explicó Portillo.