madrid. La Audiencia de Huesca acogió ayer una nueva sesión del juicio por el asesinato del alcalde de Fago, donde varios testigos negaron, durante la quinta jornada, la existencia de un grupo organizado de oposición al edil en la localidad y también que hubiera algún tipo de celebración o de jolgorio en el bar del pueblo tras conocerse la muerte de Miguel Grima. Respecto a las amenazas de las que era objeto el alcalde, la testigo Inmaculada Guallar, dueña de una gasolinera cercana a Fago, explicó que oyó a un cazador llamado Juan Carlos decir, textualmente, que "tenía que pegarle cuatro tiros al alcalde de Fago y tirarlo al barranco", y a otros que "había que cargarse" al edil.
Por otra parte, los dueños del bar, Mónica Crespo y Miguel Ángel Molinero, coincidieron en resaltar que en su establecimiento no se desarrollaban reuniones de ningún grupo opositor al alcalde, y de hecho han recalcado que en el pueblo no existía un grupo organizado con tal fin, sino una asociación cultural dedicaba a la recuperación de cuevas u organización de excursiones. Mónica Crespo reconoció tener problemas con el alcalde, pero siempre por motivos de gestión municipal. Por su parte, su marido dijo que el único acusado, Santiago Mainar, y el alcalde tenían problemas judiciales, pero recalcó que nunca oyó amenazas por parte del guarda forestal, una afirmación con la que coincidió otro testigo, el ganadero José Alberto Aznar, quien además comentó que en el bar, aunque entraba poco, siempre se criticaba la gestión de Miguel Grima.
Las cataratas no son excusa El abogado José María Vilades, que ejerce la acusación popular, manifestó ayer que considera "desmontada" la "excusa" de las cataratas del único acusado, Santiago Mainar, tras la declaración del médico oftalmólogo que le operó en 2006 de este problema visual en el ojo derecho.
Vilades dijo que "la excusa que se nos ponían de que la existencia de cataratas impedía que fuese el autor ha quedado desmontada, ya que el médico que le operó deja muy claro que veía perfectamente". Por ello, Vilades entiende que "ha quedado acreditado, de forma concluyente, que Santiago Mainar, en la fecha en la que se cometen los hechos tenía una visión plena, total y absoluta". La vista oral continuará el lunes.