Las autoridades peruanas han detenido al menos a cuatro personas y buscan a otras siete por su presunta pertenencia a una red que podría haber asesinado a decenas de personas para obtener su grasa y comercializarla para su uso en cosméticos. El juez dictó cuatro órdenes de arresto sobre otros tantos presuntos miembros de la banda Pishtacos. Se les acusa de los delitos de homicidio por lucro, asociación ilícita, tenencia ilegal de armas de fuego y tráfico de drogas, aunque lo que más han destacado los medios no son tanto los cargos como el supuesto fin de sus crímenes. Tras los asesinatos, que habrían perpetrado los últimos cinco años, los sospechosos recogían la grasa de sus víctimas para su posterior comercialización por hasta 15.000 dólares por litro.