En 2003 a Marian Picazo le diagnosticaron fibromialgia. Se encontraba "destrozada por el dolor, muy perdida, agotada física y mentalmente y con mucha afectación a nivel cognitivo (falta de concentración) cuando conoció de forma casual Asafima, la Asociación alavesa de Fibromialgia y Síndrome de Fatiga Crónica.
Con la ayuda de las profesionales de la asociación fue tomando parte en un grupo multidisciplinar y, además, fue contribuyendo a la divulgación de la labor de la entidad (colgar carteles, repartir folletos, carpetas informativas, manifiestos, libros, apoyar a otras personas...) y la organización de jornadas informativas con profesionales para conocer nuevas investigaciones, mesas informativas en la calle, hospitales y centros de salud; así como la participación en el salón sin barreras.
Marian siempre ha colaborado "porque tenemos que apoyarnos", dice. ". Todas/os estamos enfermas/os y la aportación que puede dar cada persona es muy valiosa para nosotras/os", asegura. "Necesitamos que se nos oiga, se nos conozca y sepan que nuestra asociación trabaja para ayudar a personas diagnosticadas y sus familias", apunta antes de recalcar que en Asafima "tenemos convenios con muchos centros que nos ayudan a vivir con mayor calidad de vida y a entender y mejorar nuestra salud".