El nuevo curso escolar traerá consigo, una vez más, la amenaza de la pediculosis, un problema muy frecuente que afecta a la mitad de los niños y niñas de entre 3 y 12 años (50,7 %), según el IX Estudio CinfaSalud: Percepción y hábitos de los padres y madres españoles ante la pediculosis, avalado por la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (SEFAC).
“Por desgracia, siguen existiendo en torno a los piojos numerosos falsos mitos, como el que los relaciona con la falta de higiene. A su vez, esto eleva de manera muy significativa el riesgo de que la infección se propague al resto del alumnado de la clase”, reconoce Julio Maset.
Por fortuna, no hay necesidad de resignarse, sino que, como recuerda el experto, “contamos con muchas herramientas para hacerles frente.
Recomendaciones
1. Conoced bien a vuestro enemigo
Para eliminar los piojos de una manera eficaz, es necesario, en primer lugar, desterrar los falsos mitos en torno a ellos. Sobre todo, es importante saber que estos parásitos no vuelan ni saltan, sino que se desplazan rápidamente de un pelo a otro, lo que explica su gran capacidad de contagio por contacto entre cabezas. También hay que recordar que su presencia no está relacionada con una higiene deficiente ni transmiten enfermedades.
2. Ante todo, precaución
Si se notifican casos en el entorno cercano, tomad las medidas preventivas necesarias para mantener los piojos lejos de vuestras cabezas: revisad el cabello con una lendrera regularmente, usad repelente y concienciad a los menores de la necesidad de evitar el contacto de cabeza con cabeza y de intercambiar prendas u objetos personales.
3. Aprended a pasar la lendrera correctamente
Es una herramienta muy eficaz tanto para diagnosticar como para eliminar los parásitos, pero su uso requiere una actitud muy sistemática, ya que ha de pasarse mechón a mechón y de abajo arriba, haciendo hincapié en la nuca y detrás de las orejas, así como en la zona del cabello a tres o cuatro milímetros de la raíz.
4. Si confirmáis que hay piojos, avisad al colegio
Una advertencia a tiempo puede evitar que otros escolares se infesten y el ciclo vuelva a comenzar. Por eso, los padres y madres han de asumir sin dilación su responsabilidad de informar a los maestros, monitores u otros educadores de la presencia de piojos en su hogar, para que a su vez alerten al resto del alumnado.
5. Elegid el tratamiento adecuado
Acudid a la farmacia para conseguir un tratamiento pediculicida. Si no tenéis claro cuál es el más adecuado, consultad al farmacéutico. También puede ser necesario pedir consejo al pediatra si el niño o niña sufre dolencias dermatológicas o asma o tiene menos de dos años. Si la revisión con lendrera no ha confirmado la infestación, recurrid a un repelente, pero nunca a un pediculicida.
6. No confiéis en remedios caseros
Por una parte, la eficacia pediculicida de sustancias como la mayonesa, el aceite de oliva, la mantequilla o la vaselina es nula o no está demostrada. Por otra, remedios como el alcohol o el queroseno, además de irritar el cuero cabelludo, son tóxicos, inflamables y, por tanto, peligrosos. En el caso del vinagre, puede ayudar a despegar las liendres, pero por sí solo no es capaz de matar al piojo y, en concentraciones altas, también puede irritar el cuero cabelludo.
7. Seguid al pie de la letra las instrucciones del fabricante del pediculicida
Una vez aplicado sobre el cabello seco, pasad la lendrera para retirar los piojos muertos y liendres y, después, lavad la cabeza con el champú habitual y aclarad. Recordad que solo se han de tratar con pediculicida los miembros de la familia infestados. Para el resto, está indicado el repelente.
8. No utilicéis secadores
Tras el aclarado, dejad que el pelo se seque al aire libre, nunca con secador, ya que el calor inactiva el efecto insecticida residual del producto y este pierde eficacia.
9. Extremad la higiene en casa
Cuando alguien en casa ha tenido piojos, los peines o cepillos deben ser lavados con pediculicidas o hervidos en agua. La ropa -incluida la de cama- y las toallas u otras prendas que haya usado la persona con piojos durante los dos días anteriores se han de lavar con agua caliente (60ºC) y/o secarse en la secadora a la máxima temperatura posible. Lo que no pueda limpiarse o lavarse adecuadamente, se debe guardar en una bolsa de plástico sellada durante al menos una semana.
10. No bajéis la guardia
Durante las dos semanas siguientes al tratamiento pediculicida, volved a revisar con la lendrera la cabeza de vuestro hijo o hija a días alternos o, incluso, diariamente. Si a los siete días seguís detectando parásitos, será necesario reaplicar el pediculicida. Posteriormente, es conveniente realizar exámenes visuales cada dos o tres semanas hasta asegurarse de que todos los piojos y liendres han muerto.