Las crisis de ardor en las plantas de los pies es una afección producida por temperaturas ambientales cálidas o la actividad física. Los síntomas pueden ser leves durante años o también volverse incapacitantes afectando al descanso nocturno, ya que una de las peculiaridades de este trastorno es que los síntomas empeoran por la noche y suelen mejorar por el día.

La sensación de calor o ardor también puede extenderse al dorso, tobillos y a la parte posterior de la pierna. Además, algunos pacientes describen un hormigueo o pinchazos y parestesias en las extremidades inferiores. Además, los pies pueden volverse extremadamente sensibles al tacto, a la temperatura o a la presión. Paradójicamente, algunas personas pueden experimentar una disminución de la sensibilidad en los pies, lo que significa que tienen menos capacidad para sentir dolor, calor, frío o presión.

Posibles causas

Aunque se cree que se produce por una alteración en los vasos sanguíneos y puede asociarse a una afectación de las fibras nerviosas, en muchos casos se desconoce la causa concreta, pero entre sus posibles causas conocidas se incluyen:

  • Enfermedades sistémicas como diabetes e hipotiroidismo.
  • Factores genéticos.
  • Déficit vitamínicos, sobre todo del grupo B, especialmente B2, B3, B1 y B6.
  • Neuropatía periférica, absorción deficiente de nutrientes y problemas traumatólogicos.
  • Eritromelalgia, que ocurre debido a una alteración en la función de los vasos sanguíneos, y el síndrome de Guillain-Barré, en el que hay destrucción de las células del sistema nervioso, también pueden causar síntomas como adormecimiento, enrojecimiento y ardor en las manos, piernas y pies.
  • Administración de algunos fármacos.

Tratamiento

El tratamiento puede requerir de un equipo con especialistas en dermatología, neurología, tratamiento del dolor y rehabilitación, pero algunas recomendaciones para aliviar los síntomas son:

  • Usar calzado cómodo y, si se usan calcetines, que sean de algodón.
  • Evitar el calor. Hacer reposo y elevar los pies.
  • Evitar o limitar el uso de hielo o inmersión en agua. Debe hacerse 10 minutos cuatro veces al día.
  • Hidrata tu piel. Si el picor está ocasionado por un exceso de sequedad en la piel lo recomendable es utilizar diariamente cremas hidratantes específicas para los pies.