Poca gente lo sabe, pero estas setas deliciosas salen en verano y aquí puedes encontrarlas
Qué ciclos de crecimiento y en qué bosques aparecen las mejores setas del verano
Cuando pensamos en recoger setas, lo habitual es imaginarse un paisaje otoñal con las hojas de los árboles caídas y un ambiente especialmente húmedo. Ciertamente, el otoño es posiblemente la época del año con mayor producción y variedad micológica, pero quien se ha adentrado en este mundillo sabe que hay setas todo el año. Y, aunque parezca mentira, el verano puede proporcionarnos hallazgos de la máxima calidad.
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La ventaja que tiene el verano respecto al otoño es que solo los seteros experimentados conocen su riqueza, por lo que es una época más tranquila que el otoño para pasear por el monte en busca de hongos.
Es cierto que las setas necesitan humedad para fructificar, por lo que no las encontraremos en cualquier momento durante el verano. El secreto para la recolección estival es seguir el rastro de las tormentas, pues estimulan a los hongos y, unos días después de que descarguen, aparecerán nuestro objetivo. Pero ojo, con el calor su ciclo se acelera, por lo que tendremos que darnos prisa para no encontrárnoslas secas o agusanadas.
Principales setas comestibles de verano
Hongo negro (Boletus aereus)
El Boletus aereus, popularmente conocido como hongo negro o porro negro, es uno de los más sabrosos de la familia y el que aparece en una época más dilatada: se puede encontrar ininterrumpidamente desde mayo llegando en ocasiones hasta principios de diciembre. Su característico sombrero oscuro lo distingue del resto de boletus. Puede encontrarse en bosques de robles, encinas y alcornoques en ciclos de 15 días después de las tormentas.
Hongo de verano (Boletus reticulatus)
El Boletus reticulatus, anteriormente Boletus aestivalis y popularmente hongo de verano, boleto de verano o porro de verano, como su nombre indica, es el boletus predilecto de esta época. Aunque es algo menos apreciado que su pariente negro, sigue siendo un excelente comestible. Su sombrero es de tonos marrón claro y ocre y se encuentra junto a hayas, encinas, robles y castaños, aunque puede llegar a haber bajo pinos y abetos en ciclos similares al aereus.
Rebozuelo (Cantharellus cibarius)
El rebozuelo, zizahori o saltsaperretxiko se identifica por su color amarillo y olor a melocotón y lo podemos encontrar desde la primavera hasta principios de invierno en todo tipo de bosques, aunque prefiere los hayedos. Necesita lluvias más o menos constantes porque su crecimiento es algo lento, pero si el último mes ha habido bastantes tormentas, podemos lanzarnos a buscarlo.
Oronja (Amanita Caesarea)
La oronja, seta de los césares o huevo de rey, con su sombrero naranja y pie y anillo amarillos, es una de las setas más apreciadas de todas las que podemos encontrar en la Península Ibérica. Aparece en ciclos de entre 30 y 40 días después de tormentas abundantes en encinares, robledales y alcornocales.
Crece saliendo de una especie de huevo (la volva) como el resto de amanitas y, en esta fase, es muy peligroso recogerlas, pues pueden confundirse con parientes tóxicas. También hay que tener cuidado si hay mucha humedad, pues la Amanita muscaria o falsa oronja puede desteñirse hacia el naranja y perder los restos de la volva que le dan sus características pintas blancas. Por eso, si encontramos una oronja en un pinar, no debemos recogerla, pues lo más probable es que se trate de la falsa.
Níscalo (Lactarius deliciosus)
También conocido como rovellón, rebollón o esnegorri, el níscalo es una de las setas más predilectas del otoño pero, aunque con menos frecuencia que las anteriores, puede fructificar también en verano.
Esta seta necesitará tormentas abundantes para aparecer en pinares (más si son jóvenes) en ciclos de 40 días. El níscalo se identifica fácilmente por su color naranja y se diferencia de otras setas por el látex naranja que desprende al romperse.
Apps para identificar setas, ¿distinguen las comestibles y tóxicas?
Dónde encontrar estas setas
Para pasear por el monte y aprender a identificar estas setas, hay asociaciones y parques micológicos que organizan actividades para principiantes.
Aunque la mayoría de estas actividades se organizan durante el otoño, en Navarra, el parque micológico de la Ultzama organiza rutas micológicas estivales guiadas todos los fines de semana entre mayo y julio de 9:30 a 13:30, pudiendo sugerir otras fechas u horarios que se adapten mejor a nuestras necesidades.
En el parque micológico de Erro-Roncesvalles, ya se han encontrado rebozuelos este verano junto a otras especies comestibles como la Russula cyanoxantha.
Al Norte de Álava, encontramos el parque micológico de Gorbeia, que también ofrece rutas guiadas por expertos durante todo el año. Aquí podremos encontrar una variedad de bosques que permite la aparición de setas diversas.
El guipuzcoano parque natural Peñas de Aya también es un enclave ideal, pues su cercanía al Pirineo y al mar, proporciona la humedad necesaria para adentrarnos en sus hayedos en busca de rebozuelos u hongos de verano.
En La Rioja, sugerimos la ruta micológica de Aguilar del Río Alhama. Tiene una longitud de 3 kilómetros con variedad de bosques mixtos de frondosas y pinares en los que aparecen las especies de verano de las que hemos hablado. Además, en esta localidad podemos visitar el yacimiento arqueológico de Contrebia Leucade, una ciudad prerromana que estuvo habitada hasta la Edad Media.
En Aragón, podemos ir en busca de estas setas al parque micológico del Moncayo, en el que podemos encontrar tanto pinares como hayedos. Tenemos disponible una guía detallada para visitar este parque y más en la página de MicoAragón. Además, esta página cuenta con un observatorio micológico que se actualiza semanalmente, permitiendo así elegir dónde y cuando ir basándonos en información actualizada.
Gran parte de las zonas de recolección de setas de Soria pertenecen a la asociación Montes de Soria, que constituye el mayor parque micológico de España. Esto hace que, con un mismo permiso, podamos buscar setas en paisajes variados por toda la provincia. Uno de los enclaves destacados que pertenecen al Parque Micológico Montes de Soria, es la Laguna Negra, y allí podemos realizar una ruta de unos 5 kilómetros a través de sus bosques de hayas, pinos, abetos y tejos ideales para encontrar algo que echar a nuestra cesta.
Una vez que ya sabemos qué setas buscar en verano y dónde podemos encontrarlas, es importante recalcar que, la única forma segura de recolección es identificar perfectamente cada seta y saber de qué especie se trata, pues cualquier truco para saber si una seta es o no comestible es un falso mito y puede provocar graves intoxicaciones. Si no sabemos de qué seta se trata, lo mejor es dejarla tranquila para que cumpla su función en el bosque y ayude a la preservación de su hábitat.